sábado, 30 de marzo de 2013

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 18 DE FEBRERO

EN ESTA LECTURA TENGO PARA USTEDE EL CONTENIDO DE LOS LIBROS DE HEBREOS CAPITULO 13,EXODO CAPITULO 18 Y 19,PROVERBIOS CAPITULO 8

LECTURA PARA EL DIA 18 DE FEBRERO

Hebreos

Capítulo 13
13:1 Permanezca el amor fraternal.
13:2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
13:3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.
13:4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
13:5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
13:6 de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.
13:7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
13:9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
13:10 Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo.
13:11 Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento.
13:12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
13:13 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio;
13:14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.
13:15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
13:16 Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
13:17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
13:18 Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo.
13:19 Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto.
13:20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,
13:21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
13:22 Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente.
13:23 Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros.
13:24 Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan.
13:25 La gracia sea con todos vosotros. Amén.


Éxodo

Capítulo 18

18:1 Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo Jehová había sacado a Israel de Egipto.
18:2 Y tomó Jetro suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió,
18:3 y a sus dos hijos; el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Forastero he sido en tierra ajena;
18:4 y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró de la espada de Faraón.
18:5 Y Jetro el suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios;
18:6 y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.
18:7 Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda.
18:8 Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado Jehová.
18:9 Y se alegró Jetro de todo el bien que Jehová había hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios.
18:10 Y Jetro dijo: Bendito sea Jehová, que os libró de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo de la mano de los egipcios.
18:11 Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos.
18:12 Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios.
18:13 Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.
18:14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?
18:15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.
18:16 Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.
18:17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces.
18:18 Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.
18:19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios.
18:20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.
18:21 Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.
18:22 Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.
18:23 Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.
18:24 Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo.
18:25 Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.
18:26 Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño.
18:27 Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra.


Éxodo

Capítulo 19

19:1 En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí.
19:2 Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.
19:3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel:
19:4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
19:6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
19:7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.
19:8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.
19:9 Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.
19:10 Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos,
19:11 y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí.
19:12 Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.
19:13 No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte.
19:14 Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.
19:15 Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.
19:16 Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.
19:17 Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.
19:18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.
19:19 El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.
19:20 Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.
19:21 Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos.
19:22 Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago.
19:23 Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo.
19:24 Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos estrago.
19:25 Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo.


Proverbios

Capítulo 08

8:1 ¿No clama la sabiduría,
Y da su voz la inteligencia?
8:2 En las alturas junto al camino,
A las encrucijadas de las veredas se para;
8:3 En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad,
A la entrada de las puertas da voces:
8:4 Oh hombres, a vosotros clamo;
Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.
8:5 Entended, oh simples, discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.
8:6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes,
Y abriré mis labios para cosas rectas.
8:7 Porque mi boca hablará verdad,
Y la impiedad abominan mis labios.
8:8 Justas son todas las razones de mi boca;
No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
8:9 Todas ellas son rectas al que entiende,
Y razonables a los que han hallado sabiduría.
8:10 Recibid mi enseñanza, y no plata;
Y ciencia antes que el oro escogido.
8:11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.
8:12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.
8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal;
La soberbia y la arrogancia, el mal camino,
Y la boca perversa, aborrezco.
8:14 Conmigo está el consejo y el buen juicio;
Yo soy la inteligencia; mío es el poder.
8:15 Por mí reinan los reyes,
Y los príncipes determinan justicia.
8:16 Por mí dominan los príncipes,
Y todos los gobernadores juzgan la tierra.
8:17 Yo amo a los que me aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.
8:18 Las riquezas y la honra están conmigo;
Riquezas duraderas, y justicia.
8:19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado;
Y mi rédito mejor que la plata escogida.
8:20 Por vereda de justicia guiaré,
Por en medio de sendas de juicio,
8:21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad,
Y que yo llene sus tesoros.
8:22 Jehová me poseía en el principio,
Ya de antiguo, antes de sus obras.
8:23 Eternamente tuve el principado, desde el principio,
Antes de la tierra.
8:24 Antes de los abismos fui engendrada;
Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
8:25 Antes que los montes fuesen formados,
Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;
8:26 No había aún hecho la tierra, ni los campos,
Ni el principio del polvo del mundo.
8:27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;
Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;
8:28 Cuando afirmaba los cielos arriba,
Cuando afirmaba las fuentes del abismo;
8:29 Cuando ponía al mar su estatuto,
Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;
Cuando establecía los fundamentos de la tierra,
8:30 Con él estaba yo ordenándolo todo,
Y era su delicia de día en día,
Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
8:31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra;
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
8:32 Ahora, pues, hijos, oídme,
Y bienaventurados los que guardan mis caminos.
8:33 Atended el consejo, y sed sabios,
Y no lo menospreciéis.
8:34 Bienaventurado el hombre que me escucha,
Velando a mis puertas cada día,
Aguardando a los postes de mis puertas.
8:35 Porque el que me halle, hallará la vida,
Y alcanzará el favor de Jehová.
8:36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma;
Todos los que me aborrecen aman la muerte.

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 17 DE FEBRERO

He 12,Ex 16-17,Pr 7.6-27

LECTURA PARA EL DIA 17 DE FEBRERO

Hebreos

Capítulo 12
12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
12:3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
12:4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
12:5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.
12:7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
12:8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
12:9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
12:10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
12:11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
12:12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;
12:13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
12:16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.
12:17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
12:18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,
12:19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,
12:20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;
12:21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;
12:22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
12:23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
12:24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
12:25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
12:26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
12:27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
12:28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
12:29 porque nuestro Dios es fuego consumidor.


Éxodo

Capítulo 16

16:1 Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.
16:2 Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto;
16:3 y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
16:4 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.
16:5 Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.
16:6 Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto,
16:7 y a la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros?
16:8 Dijo también Moisés: Jehová os dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.
16:9 Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová, porque él ha oído vuestras murmuraciones.
16:10 Y hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube.
16:11 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
16:12 Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios.
16:13 Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento.
16:14 Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra.
16:15 Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.
16:16 Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.
16:17 Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos;
16:18 y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer.
16:19 Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.
16:20 Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés.
16:21 Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.
16:22 En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.
16:23 Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana.
16:24 Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió.
16:25 Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo.
16:26 Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará.
16:27 Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron.
16:28 Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?
16:29 Mirad que Jehová os dió el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día.
16:30 Así el pueblo reposó el séptimo día.
16:31 Y la casa de Israel lo llamó Maná; y era como semilla de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel.
16:32 Y dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado: Llenad un gomer de él, y guardadlo para vuestros descendientes, a fin de que vean el pan que yo os di a comer en el desierto, cuando yo os saqué de la tierra de Egipto.
16:33 Y dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes.
16:34 Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, como Jehová lo mandó a Moisés.
16:35 Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.
16:36 Y un gomer es la décima parte de un efa.


Éxodo

Capítulo 17

17:1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.
17:2 Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová?
17:3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?
17:4 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.
17:5 Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve.
17:6 He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.
17:7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?
17:8 Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.
17:9 Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.
17:10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.
17:11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
17:12 Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
17:13 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.
17:14 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.
17:15 Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová- nisi;
17:16 y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.



Proverbios

Capítulo 07


7:6 Porque mirando yo por la ventana de mi casa,
Por mi celosía,
7:7 Vi entre los simples,
Consideré entre los jóvenes,
A un joven falto de entendimiento,
7:8 El cual pasaba por la calle, junto a la esquina,
E iba camino a la casa de ella,
7:9 A la tarde del día, cuando ya oscurecía,
En la oscuridad y tinieblas de la noche.
7:10 Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro,
Con atavío de ramera y astuta de corazón.
7:11 Alborotadora y rencillosa,
Sus pies no pueden estar en casa;
7:12 Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas,
Acechando por todas las esquinas.
7:13 Se asió de él, y le besó.
Con semblante descarado le dijo:
7:14 Sacrificios de paz había prometido,
Hoy he pagado mis votos;
7:15 Por tanto, he salido a encontrarte,
Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.
7:16 He adornado mi cama con colchas
Recamadas con cordoncillo de Egipto;
7:17 He perfumado mi cámara
Con mirra, áloes y canela.
7:18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana;
Alegrémonos en amores.
7:19 Porque el marido no está en casa;
Se ha ido a un largo viaje.
7:20 La bolsa de dinero llevó en su mano;
El día señalado volverá a su casa.
7:21 Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras,
Le obligó con la zalamería de sus labios.
7:22 Al punto se marchó tras ella,
Como va el buey al degolladero,
Y como el necio a las prisiones para ser castigado;
7:23 Como el ave que se apresura a la red,
Y no sabe que es contra su vida,
Hasta que la saeta traspasa su corazón.
7:24 Ahora pues, hijos, oídme,
Y estad atentos a las razones de mi boca.
7:25 No se aparte tu corazón a sus caminos;
No yerres en sus veredas.
7:26 Porque a muchos ha hecho caer heridos,
Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
7:27 Camino al Seol es su casa,
Que conduce a las cámaras de la muerte.

Sintamos miedo a la muerte:

Lo que la Palabra de Dios nos dice cuando... Sintamos miedo a la muerte: - Juan 11 - 1a Corintios 15:35-58 - 2ª Corintios 5:1-10 - ...