miércoles, 12 de junio de 2013

Mt 22.23-46,Nm 22.1-40,Cnt 2.8-3.5

LECTURA PARA EL DIA 27 DE MARZO

Mateo
Capítulo 22

22:23 Aquel día vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron,
22:24 diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su mujer, y levantará descendencia a su hermano.
22:25 Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el primero se casó, y murió; y no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.
22:26 De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.
22:27 Y después de todos murió también la mujer.
22:28 En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron?
22:29 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
22:30 Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.
22:31 Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo:
22:32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
22:33 Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina.
22:34 Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una.

22:35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo:
22:36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
22:38 Este es el primero y grande mandamiento.
22:39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
22:40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
22:41 Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó,
22:42 diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David.
22:43 El les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:
22:44  Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
22:45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?
22:46 Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.



Números
Capítulo 22
22:1 Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab junto al Jordán, frente a Jericó.
22:2 Y vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo.
22:3 Y Moab tuvo gran temor a causa del pueblo, porque era mucho; y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel.
22:4 Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora lamerá esta gente todos nuestros contornos, como lame el buey la grama del campo. Y Balac hijo de Zipor era entonces rey de Moab.
22:5 Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está junto al río en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz de la tierra, y habita delante de mí.
22:6 Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito.
22:7 Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con las dádivas de adivinación en su mano, y llegaron a Balaam y le dijeron las palabras de Balac.
22:8 El les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os daré respuesta según Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.
22:9 Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo?
22:10 Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme:
22:11 He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y echarlo.
22:12 Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es.
22:13 Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.
22:14 Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a Balac y dijeron: Balaam no quiso venir con nosotros.
22:15 Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros;
22:16 los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí;
22:17 porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme a este pueblo.
22:18 Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande.
22:19 Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová.
22:20 Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga.
22:21 Así Balaam se levantó por la mañana, y enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab.
22:22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos.
22:23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.
22:24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro.
22:25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla.
22:26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una angostura donde no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda.
22:27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.
22:28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces?
22:29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!
22:30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así contigo? Y él respondió: No.
22:31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro.
22:32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí.
22:33 El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva.
22:34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré.
22:35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.
22:36 Oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, que está junto al límite de Arnón, que está al extremo de su territorio.
22:37 Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte? ¿Por qué no has venido a mí? ¿No puedo yo honrarte?
22:38 Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.
22:39 Y fue Balaam con Balac, y vinieron a Quiriat-huzot.
22:40 Y Balac hizo matar bueyes y ovejas, y envió a Balaam, y a los príncipes que estaban con él. 



El Cantar de los Cantares
Capítulo 02

2:8 ¡La voz de mi amado! He aquí él viene 
Saltando sobre los montes, 
Brincando sobre los collados. 
2:9 Mi amado es semejante al corzo, 
O al cervatillo. 
Helo aquí, está tras nuestra pared, 
Mirando por las ventanas, 
Atisbando por las celosías. 
2:10 Mi amado habló, y me dijo: 
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. 
2:11 Porque he aquí ha pasado el invierno, 
Se ha mudado, la lluvia se fue; 
2:12 Se han mostrado las flores en la tierra, 
El tiempo de la canción ha venido, 
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. 
2:13 La higuera ha echado sus higos, 
Y las vides en cierne dieron olor; 
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. 
2:14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, 
Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; 
Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto. 
2:15 Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; 
Porque nuestras viñas están en cierne. 
2:16 Mi amado es mío, y yo suya; 
El apacienta entre lirios. 
2:17 Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, 
Vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo 
Sobre los montes de Beter.


El Cantar de los Cantares
Capítulo 03
3:1 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; 
Lo busqué, y no lo hallé. 
3:2 Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; 
Por las calles y por las plazas 
Buscaré al que ama mi alma;
Lo busqué, y no lo hallé. 
3:3 Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, 
Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma? 
3:4 Apenas hube pasado de ellos un poco, 
Hallé luego al que ama mi alma; 
Lo así, y no lo dejé, 
Hasta que lo metí en casa de mi madre, 
Y en la cámara de la que me dio a luz. 
3:5 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, 
Por los corzos y por las ciervas del campo, 
Que no despertéis ni hagáis velar al amor, 
Hasta que quiera.

Sintamos miedo a la muerte:

Lo que la Palabra de Dios nos dice cuando... Sintamos miedo a la muerte: - Juan 11 - 1a Corintios 15:35-58 - 2ª Corintios 5:1-10 - ...