El pasaje de Romanos 6:15-23 nos ofrece una enseñanza fundamental sobre el contraste entre vivir bajo el pecado y vivir bajo la gracia de Dios. Aquí hay algunos puntos clave del mensaje:
1. No abusar de la gracia de Dios (v. 15)
Pablo aclara que la gracia no es una licencia para pecar. Aunque ya no estamos bajo la ley mosaica, sino bajo la gracia de Cristo, esto no significa que tengamos permiso para seguir pecando.
2. Esclavitud al pecado o a la justicia (v. 16-18)
Se nos recuerda que somos esclavos de aquello a lo que obedecemos. Si obedecemos al pecado, somos esclavos del pecado, lo cual lleva a la muerte espiritual. Sin embargo, si obedecemos a Dios, nos convertimos en siervos de la justicia, lo cual lleva a la santificación y la vida.
3. Un llamado a presentar nuestros cuerpos a la justicia (v. 19)
Así como antes usábamos nuestras acciones y pensamientos para propósitos pecaminosos, ahora debemos dedicarnos a vivir de manera santa, usando nuestro ser para agradar a Dios.
4. El fruto del pecado versus el fruto de la obediencia (v. 20-22)
El pecado solo produce vergüenza y muerte. Pero la obediencia a Dios da fruto en santidad, que es una vida apartada para Él, y el fin de este camino es la vida eterna.
5. La paga del pecado y el regalo de Dios (v. 23)
El pasaje concluye con una declaración poderosa: mientras que el pecado lleva inevitablemente a la muerte, Dios ofrece un regalo inmerecido: la vida eterna por medio de Jesucristo. Este regalo no puede ser ganado por obras, sino que es recibido por la fe en Jesús.
Reflexión personal
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra vida diaria. ¿A quién estamos obedeciendo? ¿Hemos sido liberados del pecado por medio de Cristo? Si lo hemos sido, nuestro llamado es vivir como siervos de la justicia, agradecidos por la vida eterna que Dios nos ha dado por gracia.
En resumen, Dios nos llama a una vida de santidad y obediencia, porque su gracia nos ha liberado del poder del pecado y nos ha dado el regalo de la vida eterna en Cristo Jesús.