viernes, 24 de enero de 2025

EL TEMA DE HOY; HACER TODO PARA LA GLORIA DE DIOS

 

El pasaje de 1 Corintios 10:23-33 aborda el tema de la libertad cristiana y la responsabilidad hacia los demás, especialmente en contextos culturales y sociales donde las prácticas pueden entrar en conflicto con la fe cristiana. Aquí está la explicación versículo por versículo:


Versículo 23

"Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica." Pablo reconoce la libertad en Cristo, pero advierte que no todo lo que es permitido beneficia o edifica. Aunque como cristianos somos libres, esta libertad debe ser utilizada con sabiduría, considerando si nuestras acciones contribuyen al crecimiento espiritual de los demás y al testimonio del evangelio.


Versículo 24

"Ninguno busque su propio bien, sino el del otro." Aquí Pablo enfatiza la importancia de la vida cristiana comunitaria. Nuestro enfoque no debe estar en satisfacer nuestros deseos egoístas, sino en buscar el bienestar de los demás, reflejando el amor de Cristo. La verdadera libertad se ejerce con amor y en servicio a los demás.


Versículo 25

"De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia;" En el contexto de la época, gran parte de la carne en los mercados había sido ofrecida previamente a ídolos. Pablo enseña que los creyentes pueden comer de esta carne sin preocuparse, ya que los ídolos no tienen poder real. La libertad cristiana incluye no ser esclavos de supersticiones o temores innecesarios.


Versículo 26

"Porque del Señor es la tierra y su plenitud." Pablo cita el Salmo 24:1 para reforzar que toda la creación pertenece a Dios. Por lo tanto, los alimentos que provienen de la tierra no están contaminados espiritualmente por el hecho de haber sido sacrificados a ídolos.


Versículo 27

"Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia." Pablo anima a los creyentes a no complicar las relaciones sociales con los incrédulos. Si se acepta una invitación, se debe comer lo ofrecido sin cuestionar su procedencia para no generar conflictos innecesarios ni ofender a los anfitriones.


Versículo 28

"Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia;" Si alguien señala que el alimento fue ofrecido a ídolos, el creyente debe abstenerse de comerlo, no por su propia conciencia, sino para no ser piedra de tropiezo para la persona que lo menciona. La acción debe ser guiada por amor y sensibilidad hacia la conciencia de los demás.


Versículo 29

"La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?" Pablo aclara que la restricción no es porque el creyente esté obligado a someterse a la conciencia ajena, sino por amor al prójimo. La libertad en Cristo no debe usarse de manera que hiera o confunda a otros.


Versículo 30

"Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias?" Pablo señala que no hay culpa en comer con agradecimiento algo que no contradiga los principios de fe. Sin embargo, el objetivo no es demostrar nuestra libertad sino edificar a otros.


Versículo 31

"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios." Todo lo que hacemos debe ser para la gloria de Dios. Esto incluye nuestras decisiones diarias, incluso en cosas aparentemente triviales como comer o beber. Nuestro comportamiento debe reflejar el carácter de Cristo y exaltar su nombre.


Versículo 32

"No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios;" Pablo exhorta a evitar ser un obstáculo espiritual para los demás. Ya sea hacia los judíos (quienes tenían normas alimenticias estrictas), los gentiles (que quizás no entendían la fe cristiana) o los mismos cristianos (que podrían ser débiles en su fe).


Versículo 33

"Como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos." Pablo termina con su ejemplo personal: sacrifica sus propios derechos y comodidades para no obstaculizar la salvación de otros. Su meta es que todos lleguen al conocimiento de Cristo, mostrando que el amor y el servicio están por encima de los intereses personales.


Aplicación General

Este pasaje nos enseña que la libertad cristiana debe ejercerse con responsabilidad, amor y consideración hacia los demás. Aunque somos libres en Cristo, nuestras acciones deben glorificar a Dios y edificar a otros, evitando ser tropiezo y promoviendo la unidad y la salvación.