LECTURA PARA EL DIA 18 DE FEBRERO
Hebreos
Capítulo 13
13:1 Permanezca el amor fraternal.
13:2 No os olvidéis de la
hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
13:3
Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de
los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.
13:4
Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los
fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
13:5 Sean vuestras
costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No
te desampararé, ni te dejaré;
13:6 de manera que podemos decir
confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me
pueda hacer el hombre.
13:7 Acordaos de vuestros pastores, que os
hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su
conducta, e imitad su fe.
13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos.
13:9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque
buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca
aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
13:10 Tenemos un altar, del
cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo.
13:11 Porque
los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida
en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del
campamento.
13:12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo
mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
13:13 Salgamos, pues,
a él, fuera del campamento, llevando su vituperio;
13:14 porque no tenemos
aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.
13:15 Así que,
ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir,
fruto de labios que confiesan su nombre.
13:16 Y de hacer bien y de la ayuda
mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
13:17
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por
vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y
no quejándose, porque esto no os es provechoso.
13:18 Orad por nosotros;
pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en
todo.
13:19 Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido
más pronto.
13:20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro
Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto
eterno,
13:21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad,
haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al
cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
13:22 Os ruego,
hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito
brevemente.
13:23 Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el
cual, si viniere pronto, iré a veros.
13:24 Saludad a todos vuestros
pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan.
13:25 La gracia
sea con todos vosotros. Amén.
Éxodo
Capítulo 18
18:1 Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de
Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo,
y cómo Jehová había sacado a Israel de Egipto.
18:2 Y tomó Jetro suegro de
Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió,
18:3 y a sus
dos hijos; el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Forastero he sido en tierra
ajena;
18:4 y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre
me ayudó, y me libró de la espada de Faraón.
18:5 Y Jetro el suegro de
Moisés, con los hijos y la mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde
estaba acampado junto al monte de Dios;
18:6 y dijo a Moisés: Yo tu suegro
Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.
18:7 Y Moisés
salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al
otro cómo estaban, y vinieron a la tienda.
18:8 Y Moisés contó a su suegro
todas las cosas que Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de
Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había
librado Jehová.
18:9 Y se alegró Jetro de todo el bien que Jehová había
hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios.
18:10 Y Jetro
dijo: Bendito sea Jehová, que os libró de mano de los egipcios, y de la mano de
Faraón, y que libró al pueblo de la mano de los egipcios.
18:11 Ahora
conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se
ensoberbecieron prevaleció contra ellos.
18:12 Y tomó Jetro, suegro de
Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos
de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios.
18:13
Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo
estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.
18:14 Viendo el
suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que
haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está
delante de ti desde la mañana hasta la tarde?
18:15 Y Moisés respondió a su
suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.
18:16 Cuando
tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las
ordenanzas de Dios y sus leyes.
18:17 Entonces el suegro de Moisés le dijo:
No está bien lo que haces.
18:18 Desfallecerás del todo, tú, y también este
pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no
podrás hacerlo tú solo.
18:19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios
estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a
Dios.
18:20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el
camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.
18:21 Además escoge tú
de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad,
que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de
centenas, de cincuenta y de diez.
18:22 Ellos juzgarán al pueblo en todo
tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto
pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos
contigo.
18:23 Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte,
y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.
18:24 Y oyó Moisés la voz
de su suegro, e hizo todo lo que dijo.
18:25 Escogió Moisés varones de
virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil,
sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.
18:26 Y juzgaban al pueblo en
todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto
pequeño.
18:27 Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su
tierra.
Éxodo
Capítulo 19
19:1 En el mes tercero de la salida de los hijos de
Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de
Sinaí.
19:2 Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y
acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.
19:3 Y
Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la
casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel:
19:4 Vosotros visteis lo
que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a
mí.
19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto,
vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda
la tierra.
19:6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.
Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
19:7 Entonces vino
Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas
estas palabras que Jehová le había mandado.
19:8 Y todo el pueblo respondió
a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a
Jehová las palabras del pueblo.
19:9 Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí,
yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo
contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras
del pueblo a Jehová.
19:10 Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y
santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos,
19:11 y estén preparados
para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el
pueblo sobre el monte de Sinaí.
19:12 Y señalarás término al pueblo en
derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites;
cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.
19:13 No lo tocará mano,
porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando
suene largamente la bocina, subirán al monte.
19:14 Y descendió Moisés del
monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.
19:15 Y dijo
al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.
19:16
Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y
relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se
estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.
19:17 Y Moisés sacó
del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del
monte.
19:18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido
sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se
estremecía en gran manera.
19:19 El sonido de la bocina iba aumentando en
extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.
19:20 Y
descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová
a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.
19:21 Y Jehová dijo a
Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a
Jehová, porque caerá multitud de ellos.
19:22 Y también que se santifiquen
los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos
estrago.
19:23 Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte
Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y
santifícalo.
19:24 Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón
contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a
Jehová, no sea que haga en ellos estrago.
19:25 Entonces Moisés descendió y
se lo dijo al pueblo.
Proverbios
Capítulo 08
8:1 ¿No clama la sabiduría,
Y da su
voz la inteligencia?
8:2 En las alturas junto al camino,
A
las encrucijadas de las veredas se para;
8:3 En el lugar de las
puertas, a la entrada de la ciudad,
A la entrada de las puertas da
voces:
8:4 Oh hombres, a vosotros clamo;
Dirijo mi voz a
los hijos de los hombres.
8:5 Entended, oh simples,
discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.
8:6
Oíd, porque hablaré cosas excelentes,
Y abriré mis labios para
cosas rectas.
8:7 Porque mi boca hablará verdad,
Y la
impiedad abominan mis labios.
8:8 Justas son todas las razones de mi
boca;
No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
8:9 Todas
ellas son rectas al que entiende,
Y razonables a los que han hallado
sabiduría.
8:10 Recibid mi enseñanza, y no plata;
Y
ciencia antes que el oro escogido.
8:11 Porque mejor es la sabiduría
que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de
compararse con ella.
8:12 Yo, la sabiduría, habito con la
cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.
8:13 El temor
de Jehová es aborrecer el mal;
La soberbia y la arrogancia, el mal
camino,
Y la boca perversa, aborrezco.
8:14 Conmigo está
el consejo y el buen juicio;
Yo soy la inteligencia; mío es el
poder.
8:15 Por mí reinan los reyes,
Y los príncipes
determinan justicia.
8:16 Por mí dominan los príncipes,
Y
todos los gobernadores juzgan la tierra.
8:17 Yo amo a los que me
aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.
8:18 Las
riquezas y la honra están conmigo;
Riquezas duraderas, y
justicia.
8:19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro
refinado;
Y mi rédito mejor que la plata escogida.
8:20
Por vereda de justicia guiaré,
Por en medio de sendas de
juicio,
8:21 Para hacer que los que me aman tengan su
heredad,
Y que yo llene sus tesoros.
8:22 Jehová me poseía
en el principio,
Ya de antiguo, antes de sus obras.
8:23
Eternamente tuve el principado, desde el principio,
Antes de la
tierra.
8:24 Antes de los abismos fui engendrada;
Antes
que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
8:25 Antes que los montes
fuesen formados,
Antes de los collados, ya había sido yo
engendrada;
8:26 No había aún hecho la tierra, ni los
campos,
Ni el principio del polvo del mundo.
8:27 Cuando
formaba los cielos, allí estaba yo;
Cuando trazaba el círculo sobre
la faz del abismo;
8:28 Cuando afirmaba los cielos
arriba,
Cuando afirmaba las fuentes del abismo;
8:29
Cuando ponía al mar su estatuto,
Para que las aguas no traspasasen
su mandamiento;
Cuando establecía los fundamentos de la
tierra,
8:30 Con él estaba yo ordenándolo todo,
Y era su
delicia de día en día,
Teniendo solaz delante de él en todo
tiempo.
8:31 Me regocijo en la parte habitable de su
tierra;
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
8:32
Ahora, pues, hijos, oídme,
Y bienaventurados los que guardan mis
caminos.
8:33 Atended el consejo, y sed sabios,
Y no lo
menospreciéis.
8:34 Bienaventurado el hombre que me
escucha,
Velando a mis puertas cada día,
Aguardando a los
postes de mis puertas.
8:35 Porque el que me halle, hallará la
vida,
Y alcanzará el favor de Jehová.
8:36 Mas el que peca
contra mí, defrauda su alma;
Todos los que me aborrecen aman la
muerte.
NOTA: SI USTED DESEA RECIBIR EN SU CORREO LAS AUDIO LECTURAS REGISTRESE EN EL SIGUIENTE ENLACE http://www.ivoox.com/s_p2_44668_1.html
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