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sábado, 5 de agosto de 2023
LECTURA 05 agosto
2da.
a los Corintios
Capítulo
05
5:11 Conociendo,
pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es
manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras
conciencias.
5:12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de
gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían
en las apariencias y no en el corazón.
5:13 Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para
vosotros.
5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió
por todos, luego todos murieron;
5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos.
5:16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la
carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos
así.
5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
5:18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en
cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación.
5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por
medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.
2da.
a los Corintios
Capítulo
06
6:1 Así, pues,
nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en
vano la gracia de Dios.
6:2 Porque dice:
En tiempo aceptable te he oído,
Y en día de salvación te he socorrido.
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
6:3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio
no sea vituperado;
6:4 antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha
paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;
6:5 en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en
ayunos;
6:6 en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en
amor sincero,
6:7 en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a
siniestra;
6:8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores,
pero veraces;
6:9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí
vivimos; como castigados, mas no muertos;
6:10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a
muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
6:11 Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha
ensanchado.
6:12 No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio
corazón.
6:13 Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos
también vosotros
2da. de Reyes
Capítulo 18
18:1 En
el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías
hijo de Acaz rey de Judá.
18:2 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén
veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías.
18:3 Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que
había hecho David su padre.
18:4 El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de
Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque
hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó
Nehustán.
18:5 En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo
otro como él entre todos los reyes de Judá.
18:6 Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los
mandamientos que Jehová prescribió a Moisés.
18:7 Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló
contra el rey de Asiria, y no le sirvió.
18:8 Hirió también a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres
de las atalayas hasta la ciudad fortificada.
18:9 En el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de
Ela, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la
sitió,
18:10 y la tomaron al cabo de tres años. En el año sexto de Ezequías, el cual
era el año noveno de Oseas rey de Israel, fue tomada Samaria.
18:11 Y el rey de Asiria llevó cautivo a Israel a Asiria, y los puso en Halah,
en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos;
18:12 por cuanto no habían atendido a la voz de Jehová su Dios, sino que habían
quebrantado su pacto; y todas las cosas que Moisés siervo de Jehová había
mandado, no las habían escuchado, ni puesto por obra.
18:13 A los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de Asiria
contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó.
18:14 Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria que estaba
en Laquis: Yo he pecado; apártate de mí, y haré todo lo que me impongas. Y el
rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y
treinta talentos de oro.
18:15 Dio, por tanto, Ezequías toda la plata que fue hallada en la casa de
Jehová, y en los tesoros de la casa real.
18:16 Entonces Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y de
los quiciales que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey
de Asiria.
18:17 Después el rey de Asiria envió contra el rey Ezequías al Tartán, al
Rabsaris y al Rabsaces, con un gran ejército, desde Laquis contra Jerusalén, y
subieron y vinieron a Jerusalén. Y habiendo subido, vinieron y acamparon junto
al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del
Lavador.
18:18 Llamaron luego al rey, y salió a ellos Eliaquim hijo de Hilcías,
mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller.
18:19 Y les dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: Así dice el gran rey de
Asiria: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas?
18:20 Dices (pero son palabras vacías): Consejo tengo y fuerzas para la guerra.
Mas ¿en qué confías, que te has rebelado contra mí?
18:21 He aquí que confías en este báculo de caña cascada, en Egipto, en el cual
si alguno se apoyare, se le entrará por la mano y la traspasará. Tal es Faraón
rey de Egipto para todos los que en él confían.
18:22 Y si me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios, ¿no es éste
aquel cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a
Jerusalén: Delante de este altar adoraréis en Jerusalén?
18:23 Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes a mi señor, el rey de Asiria, y
yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes para ellos.
18:24 ¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi
señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su gente de a
caballo?
18:25 ¿Acaso he venido yo ahora sin Jehová a este lugar, para destruirlo?
Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela.
18:26 Entonces dijo Eliaquim hijo de Hilcías, y Sebna y Joa, al Rabsaces: Te
rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no
hables con nosotros en lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre el
muro.
18:27 Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras
a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a
comer su propio estiércol y beber su propia orina con vosotros?
18:28 Entonces el Rabsaces se puso en pie y clamó a gran voz en lengua de Judá,
y habló diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria.
18:29 Así ha dicho el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de
mi mano.
18:30 Y no os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente nos
librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de
Asiria.
18:31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo
paz, y salid a mí, y coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno
las aguas de su pozo,
18:32 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de
grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de
miel; y viviréis, y no moriréis. No oigáis a Ezequías, porque os engaña cuando
dice: Jehová nos librará.
18:33 ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la
mano del rey de Asiria?
18:34 ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de
Sefarvaim, de Hena, y de Iva? ¿Pudieron éstos librar a Samaria de mi
mano?
18:35 ¿Qué dios de todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mi
mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?
18:36 Pero el pueblo calló, y no le respondió palabra; porque había mandamiento
del rey, el cual había dicho: No le respondáis.
18:37 Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo
de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le contaron
las palabras del Rabsaces.
Miqueas
Capítulo 07
7:1 ¡Ay
de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando
han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma
deseó los primeros frutos.
7:2 Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los
hombres; todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano.
7:3 Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez
juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo
confirman.
7:4 El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el día de
tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su
confusión.
7:5 No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado
cuídate, no abras tu boca.
7:6 Porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la
nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre son los de su casa.
7:7 Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me
oirá.
7:8 Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré;
aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.
7:9 La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi
causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia.
7:10 Y mi enemiga lo verá, y la cubrirá vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está
Jehová tu Dios? Mis ojos la verán; ahora será hollada como lodo de las
calles.
7:11 Viene el día en que se edificarán tus muros; aquel día se extenderán los
límites.
7:12 En ese día vendrán hasta ti desde Asiria y las ciudades fortificadas, y
desde las ciudades fortificadas hasta el Río, y de mar a mar, y de monte a
monte.
7:13 Y será asolada la tierra a causa de sus moradores, por el fruto de sus
obras.
7:14 Apacienta tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que mora solo
en la montaña, en campo fértil; busque pasto en Basán y Galaad, como en el
tiempo pasado.
7:15 Yo les mostraré maravillas como el día que saliste de Egipto.
7:16 Las naciones verán, y se avergonzarán de todo su poderío; pondrán la mano
sobre su boca, ensordecerán sus oídos.
7:17 Lamerán el polvo como la culebra; como las serpientes de la tierra,
temblarán en sus encierros; se volverán amedrentados ante Jehová nuestro Dios,
y temerán a causa de ti.
7:18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente
de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en
misericordia.
7:19 El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras
iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
7:20 Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a
nuestros padres desde tiempos antiguos.
Sintamos miedo a la muerte:
Lo que la Palabra de Dios nos dice cuando... Sintamos miedo a la muerte: - Juan 11 - 1a Corintios 15:35-58 - 2ª Corintios 5:1-10 - ...
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