Efesios
Capítulo 02
2:12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
2:13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
2:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
2:17 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
2:18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
2:20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
2:21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
2:22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
El pasaje de Efesios 2:12-22 ofrece una profunda reflexión sobre la transformación espiritual que se da en Cristo, mostrando cómo la obra de Jesús une a los creyentes en una nueva comunidad y les da un propósito eterno. Aquí hay algunas claves para reflexionar:
1. De lejanos a cercanos por la sangre de Cristo (v. 12-13)
- Antes de conocer a Cristo, las personas estaban espiritualmente separadas de Dios, sin esperanza y sin acceso a las promesas divinas.
- La obra redentora de Jesús nos acerca a Dios, derribando las barreras de pecado y enemistad que nos mantenían alejados. Esto nos recuerda que no importa cuán lejos nos sintamos de Dios, su gracia nos puede alcanzar.
2. Jesús es nuestra paz (v. 14-15)
- Cristo no solo trae paz, sino que es la paz que reconcilia a las personas con Dios y entre ellas. Derriba las divisiones, como la que existía entre judíos y gentiles, creando una nueva humanidad en Él.
- En nuestra vida diaria, esto nos invita a ser agentes de reconciliación y a reflejar la unidad y paz que Jesús ha logrado.
3. Reconciliación mediante la cruz (v. 16-18)
- La cruz es el medio por el cual Dios nos reconcilia consigo mismo y con los demás. Jesús mató la enemistad a través de su sacrificio.
- Por medio de Cristo, todos (cercanos y lejanos) tienen acceso al Padre por el Espíritu. Esto enfatiza la igualdad espiritual y la necesidad de depender del Espíritu Santo para acercarnos a Dios.
4. Un nuevo estatus: miembros de la familia de Dios (v. 19-22)
- Los creyentes ya no son extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos con los santos y parte de la familia de Dios. Esto otorga identidad y pertenencia.
- Somos parte de un edificio espiritual en el que Cristo es la piedra angular. Cada uno de nosotros contribuye al crecimiento de este "templo santo", que es la morada de Dios a través del Espíritu.
Aplicación práctica:
- Identidad y esperanza: Recuerda que en Cristo tienes un lugar, una familia espiritual y un propósito eterno.
- Unidad en la diversidad: Vive como parte de la familia de Dios, buscando la paz y la unidad con otros creyentes, independientemente de sus antecedentes o diferencias.
- Un templo santo: Considera cómo tu vida y tus acciones contribuyen a que la iglesia sea un lugar donde Dios habite.
Este pasaje nos inspira a vivir como personas transformadas por la gracia, siendo conscientes de nuestra reconciliación con Dios y nuestro llamado a construir un mundo más unido en el amor de Cristo.
💥OREMOS 💥
Jesús, Tú eres nuestra paz. Ayúdanos a vivir en unidad como una sola familia, recordando que hemos sido llamados a ser un templo santo donde Tu Espíritu mora. Enséñanos a ser portadores de Tu paz y a edificar con amor la comunidad que nos has dado.
Que nunca olvidemos que somos conciudadanos de los santos y miembros de Tu familia, edificados sobre el fundamento de Tu Palabra y sostenidos por Ti, nuestra roca eterna.
En el nombre de Jesús, amén.