jueves, 14 de septiembre de 2023

ESTA ANGUSTIADO O ANSIOSO

 

Que leer en la Biblia? 

 Juan 14

 Romanos 8

 1ª Pedro 5:7

 Salmos 34:19 


Juan 14

14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, 

creed también en mí. 

14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; 

si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a

preparar lugar para vosotros.  

14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra

vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo

estoy, vosotros también estéis.  

14:4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 

14:5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; 

¿cómo, pues, podemos saber el camino? 

14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la 

vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 

14:7 Si me conocieseis, también a mi Padre 

conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis

visto.  

14:8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y

nos basta.  

14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy

con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que

me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues,

dices tú: Muéstranos el Padre?  

14:10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre

en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo

por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora

en mí, él hace las obras.  

14:11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre

en mí; de otra manera, creedme por las mismas

obras.  

14:12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree,

las obras que yo hago, él las hará también; y aun

mayores hará, porque yo voy al Padre.  

14:13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi

nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado

en el Hijo.  

14:14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

14:15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 

14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro 

Consolador, para que esté con vosotros para

siempre:  

14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no

puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero

vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y

estará en vosotros.  

14:18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.  

14:19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más;

pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros

también viviréis.  

14:20 En aquel día vosotros conoceréis que yo

estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en

vosotros.  

14:21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda,

ése es el que me ama; y el que me ama, será amado

por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.  

14:22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo

es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?  

14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi

palabra guardará; y mi Padre le amará, y

vendremos a él, y haremos morada con él.  

14:24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y

la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre

que me envió.  

14:25 Os he dicho estas cosas estando con

vosotros.  

14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien

el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará

todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he

dicho.  

14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy

como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón,

ni tenga miedo.  

14:28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo

a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado,

porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre

mayor es que yo.  

14:29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para

que cuando suceda, creáis.  

14:30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque

viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en

mí.  

14:31 Mas para que el mundo conozca que amo al

Padre, y como el Padre me mandó, así hago.

Levantaos, vamos de aquí. 


 Romanos 8


8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los 

que están en Cristo Jesús, los que no andan

conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.  

8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús

me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.  

8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por

cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su

Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del

pecado, condenó al pecado en la carne;  

8:4 para que la justicia de la ley se cumpliese en

nosotros, que no andamos conforme a la carne,

sino conforme al Espíritu.  

8:5 Porque los que son de la carne piensan en las

cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en

las cosas del Espíritu.  

8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero

el ocuparse del Espíritu es vida y paz.  

8:7 Por cuanto los designios de la carne son

enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la

ley de Dios, ni tampoco pueden;  

8:8 y los que viven según la carne no pueden

agradar a Dios.  

8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según

el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en

vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo,

no es de él.  

8:10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en

verdad está muerto a causa del pecado, mas el

espíritu vive a causa de la justicia.  

8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los

muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó

de los muertos a Cristo Jesús vivificará también

vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora

en vosotros.  

8:12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la

carne, para que vivamos conforme a la carne;  

8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis;

mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la

carne, viviréis. 

8:14 Porque todos los que son guiados por el

Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.  

8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de

esclavitud para estar otra vez en temor, sino que

habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual

clamamos: ¡Abba, Padre!  

8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro

espíritu, de que somos hijos de Dios.  

8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de

Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos

juntamente con él, para que juntamente con él

seamos glorificados.  

8:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del

tiempo presente no son comparables con la gloria

venidera que en nosotros ha de manifestarse.  

8:19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el

aguardar la manifestación de los hijos de Dios.  

8:20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no

por su propia voluntad, sino por causa del que la

sujetó en esperanza;  

8:21 porque también la creación misma será

libertada de la esclavitud de corrupción, a la

libertad gloriosa de los hijos de Dios.  

8:22 Porque sabemos que toda la creación gime a

una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;  

8:23 y no sólo ella, sino que también nosotros

mismos, que tenemos las primicias del Espíritu,

nosotros también gemimos dentro de nosotros

mismos, esperando la adopción, la redención de

nuestro cuerpo.  

8:24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la

esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo

que alguno ve, ¿a qué esperarlo?  

8:25 Pero si esperamos lo que no vemos, con

paciencia lo aguardamos.  

8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en

nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como

conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo

intercede por nosotros con gemidos indecibles.  

8:27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál

es la intención del Espíritu, porque conforme a la

voluntad de Dios intercede por los santos. 

8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas

las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que

conforme a su propósito son llamados.  

8:29 Porque a los que antes conoció, también los

predestinó para que fuesen hechos conformes a la

imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito

entre muchos hermanos.  

8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó;

y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los

que justificó, a éstos también glorificó.  

8:31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por

nosotros, ¿quién contra nosotros?  

8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que

lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará

también con él todas las cosas?  

8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios

es el que justifica.  

8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que

murió; más aun, el que también resucitó, el que

además está a la diestra de Dios, el que también

intercede por nosotros. 

8:35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo?

¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre,

o desnudez, o peligro, o espada?  

8:36 Como está escrito: 

Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; 

Somos contados como ovejas de matadero.

8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que 

vencedores por medio de aquel que nos amó. 

8:38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, 

ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades,

ni lo presente, ni lo por venir,  

8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa

creada nos podrá separar del amor de Dios, que es

en Cristo Jesús Señor nuestro. 



1ª Pedro 5:7

echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él 

tiene cuidado de vosotros. 


Salmos 34:19


Muchas son las aflicciones del justo,

Pero de todas ellas le librará Jehová

Sintamos miedo a la muerte:

Lo que la Palabra de Dios nos dice cuando... Sintamos miedo a la muerte: - Juan 11 - 1a Corintios 15:35-58 - 2ª Corintios 5:1-10 - ...