La cercanía y confianza con Jesús: Vemos a Juan, "el discípulo amado", recostado al lado de Jesús, en una postura de intimidad y confianza. Esto nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Jesús. ¿Estamos lo suficientemente cerca de Él como para confiar en Su dirección, especialmente en momentos de confusión y duda?
La revelación del traidor: Jesús sabía desde el principio lo que iba a suceder y, aunque le dolía, no lo evitó. Judas, a pesar de haber estado tan cerca de Jesús durante su ministerio, permitió que su corazón fuera influenciado por el mal. Esto nos invita a evaluar nuestras intenciones y decisiones. ¿Estamos caminando sinceramente con Dios o dejamos que otras influencias nos alejen de Él?
La confusión de los discípulos: Los discípulos no comprendieron inmediatamente lo que sucedía (v. 28-29). Esto refleja cómo, a veces, no entendemos los planes de Dios en nuestras vidas o por qué permite ciertas cosas. Sin embargo, debemos confiar en que, aunque no entendamos todo en el momento, Dios tiene control sobre cada situación.
La oscuridad simbolizada: El versículo 30 termina diciendo "y era ya de noche". Este detalle no solo se refiere a la hora del día, sino que simboliza el momento oscuro que estaba a punto de comenzar: la traición y la crucifixión de Jesús. Sin embargo, este oscuro momento también sería el inicio del plan redentor de Dios. Nos recuerda que, incluso en nuestros momentos más oscuros, Dios está obrando para traer luz y redención.
En resumen, este pasaje nos invita a reflexionar sobre la fidelidad, el dolor de la traición, y la confianza en los propósitos de Dios, aun cuando las circunstancias sean difíciles de entender.
💥OREMOS💥
Amado Señor Jesús, en esta hora damos gracias, Padre eterno, Padre amado. ¡Gloria a tu santo nombre! Porque tú eres nuestro Dios, nuestro Padre, eres el Señor de señores, el Rey de reyes, el que todo lo puede, el Todopoderoso. ¡Gloria a Dios, aleluya! Bendecimos tu santo nombre en este día viernes, fin de semana. Damos gracias por tu infinito amor, por tu gracia, por tu misericordia. Oh Señor, mi Dios, en el nombre de Cristo Jesús, bendice nuestras vidas, cúbrenos con tu mano poderosa, guíanos por senderos de justicia, de amor y de verdad, y ayúdanos a que en todo tiempo busquemos tu presencia, busquemos hacer tu voluntad, que seamos oidores y hacedores de tu palabra. ¡Gloria a Dios, aleluya!
Y Señor, mi Dios, gracias te damos por la vida, por la salud, por el trabajo, por la familia, por todo lo que nos das cada día, aun sin merecerlo, porque no somos buenos, Padre, porque sabemos que te fallamos en todo tiempo, pasamos por alto tu palabra. Oh Dios, y es por ello, Señor mi Jesús, que tú nos permites cada día ponernos a cuentas contigo, porque nuevas son tus misericordias cada mañana, dice tu palabra. ¡Gloria a Dios, aleluya! Bendito sea tu santo nombre. Bendice a los enfermos, a los que están en los hospitales, a los gobernantes, a los líderes espirituales, a tu pueblo de Israel. Oh Dios, sé con ellos, oh Padre. Gracias te damos por todo lo que recibimos cada día. ¡Gloria a Dios, aleluya, por lo que estás haciendo y aun por lo que vas a hacer en nuestras vidas, hasta que se cumpla tu propósito en nosotros, oh Dios! La honra y la gloria sean para ti en este día maravilloso, y creemos, oh Padre, que en el nombre poderoso de Cristo Jesús somos libres de toda atadura, de todo yugo de Satanás. ¡Gloria a Dios, aleluya! Santo, Santo eres, Padre eterno y Padre amado, bendito seas hoy y siempre.
Amén.