viernes, 28 de septiembre de 2012

1 Jn4,Esd 1-2,Sal 91

1ra. de Juan Capítulo 04

4:1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
4:2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
4:3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
4:4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
4:5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
4:6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
4:8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
4:9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
4:11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.
4:12 Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
4:13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
4:14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.
4:15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
4:16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
4:17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
4:19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
4:20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
4:21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.


Esdras Capítulo 01

1:1 En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo:
1:2 Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.
1:3 Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén.
1:4 Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén.
1:5 Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén.
1:6 Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente.
1:7 Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses.
1:8 Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.
1:9 Y esta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,
1:10 treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil utensilios.
1:11 Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.


Esdras Capítulo 02

2:1 Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad;
2:2 los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana. El número de los varones del pueblo de Israel:
2:3 Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.
2:4 Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.
2:5 Los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco.
2:6 Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos doce.
2:7 Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
2:8 Los hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco.
2:9 Los hijos de Zacai, setecientos sesenta.
2:10 Los hijos de Bani, seiscientos cuarenta y dos.
2:11 Los hijos de Bebai, seiscientos veintitrés.
2:12 Los hijos de Azgad, mil doscientos veintidós.
2:13 Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis.
2:14 Los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis.
2:15 Los hijos de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro.
2:16 Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.
2:17 Los hijos de Bezai, trescientos veintitrés.
2:18 Los hijos de Jora, ciento doce.
2:19 Los hijos de Hasum, doscientos veintitrés.
2:20 Los hijos de Gibar, noventa y cinco.
2:21 Los hijos de Belén, ciento veintitrés.
2:22 Los varones de Netofa, cincuenta y seis.
2:23 Los varones de Anatot, ciento veintiocho.
2:24 Los hijos de Azmavet, cuarenta y dos.
2:25 Los hijos de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.
2:26 Los hijos de Ramá y Geba, seiscientos veintiuno.
2:27 Los varones de Micmas, ciento veintidós.
2:28 Los varones de Bet-el y Hai, doscientos veintitrés.
2:29 Los hijos de Nebo, cincuenta y dos.
2:30 Los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis.
2:31 Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
2:32 Los hijos de Harim, trescientos veinte.
2:33 Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veinticinco.
2:34 Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.
2:35 Los hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta.
2:36 Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres.
2:37 Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos.
2:38 Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete.
2:39 Los hijos de Harim, mil diecisiete.
2:40 Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.
2:41 Los cantores: los hijos de Asaf, ciento veintiocho.
2:42 Los hijos de los porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; por todos, ciento treinta y nueve.
2:43 Los sirvientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,
2:44 los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón,
2:45 los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub,
2:46 los hijos de Hagab, los hijos de Salmai, los hijos de Hanán,
2:47 los hijos de Gidel, los hijos de Gahar, los hijos de Reaía,
2:48 los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam,
2:49 los hijos de Uza, los hijos de Paseah, los hijos de Besai,
2:50 los hijos de Asena, los hijos de Meunim, los hijos de Nefusim,
2:51 los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur,
2:52 los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa,
2:53 los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema,
2:54 los hijos de Nezía, los hijos de Hatifa.
2:55 Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Peruda,
2:56 los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel,
2:57 los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Ami.
2:58 Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
2:59 Estos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer que no pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel:
2:60 los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos.
2:61 Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y fue llamado por el nombre de ellas.
2:62 Estos buscaron su registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio,
2:63 y el gobernador les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote para consultar con Urim y Tumim.
2:64 Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,
2:65 sin contar sus siervos y siervas, los cuales eran siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras.
2:66 Sus caballos eran setecientos treinta y seis; sus mulas, doscientas cuarenta y cinco;
2:67 sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
2:68 Y algunos de los jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para reedificarla en su sitio.
2:69 Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales.
2:70 Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.


 Salmos Capítulo 91

91:1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
91:2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
91:3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
91:4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
91:5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
91:6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
91:7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
91:8 Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
91:9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
91:10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
91:11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
91:12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
91:13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
91:14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
91:15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
91:16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.

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