miércoles, 13 de noviembre de 2024

💥EL TEMA DE HOY: "¿ A QUE SE REFIERE LA VIDA ETERNA CON CRISTO JESÚS, QUE ES NUESTRA ESPERANZA GLORIOSA?💥

 Introducción 

Hermanos y hermanas, hoy quiero compartir con ustedes una palabra de esperanza y gozo acerca de la vida eterna con Cristo Jesús, quien es nuestro Dios. Sabemos que la vida en este mundo es pasajera, llena de dificultades y desafíos, pero como hijos de Dios, tenemos una promesa gloriosa que nos espera al final de este camino: una eternidad junto a nuestro Señor y Salvador. Hoy exploraremos cómo será esa vida eterna y cómo podemos aferrarnos a esa esperanza en nuestro diario vivir.

1. La Promesa de Vida Eterna La Biblia nos da una promesa firme sobre la vida eterna para aquellos que creen en Cristo. En Juan 3:16 leemos: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Jesús mismo nos asegura que la vida eterna es un regalo que Él nos ofrece, un destino que podemos alcanzar a través de nuestra fe en Él. Esta promesa no es simplemente vivir para siempre; es vivir en una comunión perfecta con Dios, en un lugar donde no habrá sufrimiento, dolor ni muerte.

2. Un Lugar de Gozo y Paz Inimaginables La Escritura describe el cielo como un lugar de gozo y paz incomparables. En Apocalipsis 21:4 leemos: "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron." La vida eterna es una existencia sin las limitaciones y el sufrimiento de este mundo. Es un lugar donde la tristeza es reemplazada por alegría, y la desesperanza por una paz profunda y constante en la presencia de Dios.

3. La Plenitud de Conocer a Dios Una de las mayores bendiciones de la vida eterna será poder conocer a Dios de manera plena y profunda. En 1 Corintios 13:12, Pablo nos dice: "Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido." Veremos a Dios tal como es, sin las barreras y los velos que limitan nuestro conocimiento en esta vida. En la eternidad, comprenderemos su grandeza, su amor, y su sabiduría en una medida que ahora no podemos imaginar. Seremos transformados por esa visión, y nuestra relación con Él será perfecta y eterna.

4. Seremos Transformados a la Imagen de Cristo Dios no solo nos promete la vida eterna, sino que también nos asegura que seremos transformados. En 1 Juan 3:2 dice: "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es." Seremos transformados a la imagen de Cristo, sin pecado, sin corrupción. Viviremos en cuerpos glorificados, perfectos, sin las limitaciones físicas que hoy tenemos. Viviremos en una comunión perfecta con Dios y con todos los santos.

5. Una Eternidad de Alabanza y Servicio La vida eterna será también una vida de adoración y servicio. En Apocalipsis 22:3 leemos: "Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán." Estaremos ocupados en servir a Dios, y esta será una actividad llena de gozo y significado. Alabar y servir a Dios será nuestro deleite, ya que lo haremos en un ambiente de paz y gozo plenos, sin ninguna distracción ni pecado.

Conclusión Queridos hermanos, esta es nuestra esperanza gloriosa: vivir eternamente con Cristo Jesús, nuestro Dios. Una vida sin fin, sin dolor ni tristeza, en una comunión perfecta con el Señor y con nuestros seres amados en la fe. Esta vida eterna no es solo un futuro distante, sino una realidad que podemos experimentar en parte desde ahora, mientras buscamos a Dios y vivimos en obediencia a Su Palabra. Que esta esperanza nos fortalezca en nuestro caminar diario y nos motive a compartir este mensaje con otros, para que también ellos puedan encontrar vida eterna en Cristo. ¡Amén!



💥OREMOS💥

Señor Jesús, amado Padre celestial, te damos gracias por el inmenso amor que nos has mostrado al darnos la promesa de la vida eterna . Gracias, Señor, porque en Ti tenemos la esperanza de un futuro glorioso, donde no habrá más dolor ni lágrimas, donde podremos verte cara a cara y vivir en tu presencia por toda la eternidad.

Señor, hoy te pedimos que esta esperanza sea una luz en nuestro caminar diario. Ayúdanos a recordar que nuestras luchas aquí son pasajeras y que nos espera una gloria eterna contigo. Transforma nuestras vidas para reflejar cada día más la imagen de Cristo, y fortalece nuestra fe para mantenernos firmes en medio de cualquier prueba.

Llena nuestros corazones de anhelo por ese día en que podamos alabarte sin cesar, servirte sin interrupción, y conocerte plenamente en toda tu grandeza. Que esta promesa de vida eterna nos impulse a vivir en obediencia y amor, y a compartir esta esperanza con aquellos que aún no te conocen. En el nombre de Jesús, nuestro Señor y Salvador, oramos. Amén.

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