LECTURA PARA EL DIA 02 DE FEBRERO
Lucas
Capítulo 23
23:26 Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del
campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
23:27 Y
le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían
lamentación por él.
23:28 Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras
mismas y por vuestros hijos.
23:29 Porque he aquí
vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no
concibieron, y los pechos que no criaron.
23:30
Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados:
Cubridnos.
23:31 Porque si en el árbol verde hacen
estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?
23:32 Llevaban también con
él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.
23:33 Y cuando
llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los
malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
23:34 Y Jesús decía:
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando
suertes.
23:35 Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban
de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el
escogido de Dios.
23:36 Los soldados también le escarnecían, acercándose y
presentándole vinagre,
23:37 y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos,
sálvate a ti mismo.
23:38 Había también sobre él un título escrito con
letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
23:39 Y uno
de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el
Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
23:40 Respondiendo el otro, le
reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma
condenación?
23:41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque
recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.
23:42
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
23:43 Entonces
Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en
el paraíso.
23:44 Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre
toda la tierra hasta la hora novena.
23:45 Y el sol se oscureció, y el velo
del templo se rasgó por la mitad.
23:46 Entonces Jesús, clamando a gran voz,
dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.
23:47 Cuando el
centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo:
Verdaderamente este hombre era justo.
23:48 Y toda la multitud de los que
estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se
volvían golpeándose el pecho.
23:49 Pero todos sus conocidos, y las mujeres
que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.
23:50
Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro
del concilio, varón bueno y justo.
23:51 Este, que también esperaba el reino
de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de
ellos,
23:52 fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
23:53 Y
quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una
peña, en el cual aún no se había puesto a nadie.
23:54 Era día de la
preparación, y estaba para comenzar el día de reposo.
23:55 Y las mujeres
que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro,
y cómo fue puesto su cuerpo.
23:56 Y vueltas, prepararon especias aromáticas
y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento.
Génesis
Capítulo 42
42:1 Viendo Jacob que en Egipto había alimentos,
dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando?
42:2 Y dijo: He aquí, yo he
oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros,
para que podamos vivir, y no muramos.
42:3 Y descendieron los diez hermanos
de José a comprar trigo en Egipto.
42:4 Mas Jacob no envió a Benjamín,
hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No sea que le acontezca algún
desastre.
42:5 Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían;
porque había hambre en la tierra de Canaán.
42:6 Y José era el señor de la
tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos
de José, y se inclinaron a él rostro a tierra.
42:7 Y José, cuando vio a sus
hermanos, los conoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló
ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la
tierra de Canaán, para comprar alimentos.
42:8 José, pues, conoció a sus
hermanos; pero ellos no le conocieron.
42:9 Entonces se acordó José de los
sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo
descubierto del país habéis venido.
42:10 Ellos le respondieron: No, señor
nuestro, sino que tus siervos han venido a comprar alimentos.
42:11 Todos
nosotros somos hijos de un varón; somos hombres honrados; tus siervos nunca
fueron espías.
42:12 Pero José les dijo: No; para ver lo descubierto del
país habéis venido.
42:13 Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce
hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy
con nuestro padre, y otro no parece.
42:14 Y José les dijo: Eso es lo que os
he dicho, afirmando que sois espías.
42:15 En esto seréis probados: Vive
Faraón, que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere
aquí.
42:16 Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano, y vosotros
quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en vosotros; y
si no, vive Faraón, que sois espías.
42:17 Entonces los puso juntos en la
cárcel por tres días.
42:18 Y al tercer día les dijo José: Haced esto, y
vivid: Yo temo a Dios.
42:19 Si sois hombres honrados, quede preso en la
casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos, y vosotros id y llevad el
alimento para el hambre de vuestra casa.
42:20 Pero traeréis a vuestro
hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo
hicieron así.
42:21 Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado
contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y
no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
42:22
Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis
contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su
sangre.
42:23 Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había
intérprete entre ellos.
42:24 Y se apartó José de ellos, y lloró; después
volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a
vista de ellos.
42:25 Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y
devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen
comida para el camino; y así se hizo con ellos.
42:26 Y ellos pusieron su
trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí.
42:27 Pero abriendo uno de ellos
su saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la
boca de su costal.
42:28 Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto,
y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados
dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
42:29 Y venidos
a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había
acontecido, diciendo:
42:30 Aquel varón, el señor de la tierra, nos habló
ásperamente, y nos trató como a espías de la tierra.
42:31 Y nosotros le
dijimos: Somos hombres honrados, nunca fuimos espías.
42:32 Somos doce
hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor está hoy con nuestro
padre en la tierra de Canaán.
42:33 Entonces aquel varón, el señor de la
tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres honrados: dejad conmigo uno
de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y
andad,
42:34 y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no
sois espías, sino hombres honrados; así os daré a vuestro hermano, y negociaréis
en la tierra.
42:35 Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en
el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los
atados de su dinero, tuvieron temor.
42:36 Entonces su padre Jacob les dijo:
Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín
le llevaréis; contra mí son todas estas cosas.
42:37 Y Rubén habló a su
padre, diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo devuelvo; entrégalo en
mi mano, que yo lo devolveré a ti.
42:38 Y él dijo: No descenderá mi hijo
con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le
aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis
canas con dolor al Seol.
Salmos
Capítulo 33
33:1 Alegraos, oh justos, en
Jehová;
En los íntegros es hermosa la alabanza.
33:2 Aclamad
a Jehová con arpa;
Cantadle con salterio y decacordio.
33:3
Cantadle cántico nuevo;
Hacedlo bien, tañendo con
júbilo.
33:4 Porque recta es la palabra de Jehová,
Y toda su
obra es hecha con fidelidad.
33:5 El ama justicia y
juicio;
De la misericordia de Jehová está llena la
tierra.
33:6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los
cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su
boca.
33:7 El junta como montón las aguas del mar;
El pone
en depósitos los abismos.
33:8 Tema a Jehová toda la
tierra;
Teman delante de él todos los habitantes del
mundo.
33:9 Porque él dijo, y fue hecho;
El mandó, y
existió.
33:10 Jehová hace nulo el consejo de las
naciones,
Y frustra las maquinaciones de los pueblos.
33:11
El consejo de Jehová permanecerá para siempre;
Los pensamientos de su
corazón por todas las generaciones.
33:12 Bienaventurada la nación
cuyo Dios es Jehová,
El pueblo que él escogió como heredad para
sí.
33:13 Desde los cielos miró Jehová;
Vio a todos los
hijos de los hombres;
33:14 Desde el lugar de su morada
miró
Sobre todos los moradores de la tierra.
33:15 El formó
el corazón de todos ellos;
Atento está a todas sus
obras.
33:16 El rey no se salva por la multitud del
ejército,
Ni escapa el valiente por la mucha fuerza.
33:17
Vano para salvarse es el caballo;
La grandeza de su fuerza a nadie
podrá librar.
33:18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le
temen,
Sobre los que esperan en su misericordia,
33:19 Para
librar sus almas de la muerte,
Y para darles vida en tiempo de
hambre.
33:20 Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra ayuda y
nuestro escudo es él.
33:21 Por tanto, en él se alegrará nuestro
corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado.
33:22 Sea
tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
Según esperamos en
ti.
NOTA: SI USTED DESEA RECIBIR EN SU CORREO LAS AUDIO LECTURAS REGISTRESE EN EL SIGUIENTE ENLACE http://www.ivoox.com/s_p2_44668_1.html
sábado, 2 de febrero de 2013
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