LECTURA PARA EL DIA 07 DE FEBRERO
Hebreos
Capítulo 03
3:1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento
celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo
Jesús;
3:2 el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés
en toda la casa de Dios.
3:3 Porque de tanto mayor gloria que Moisés es
estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.
3:4
Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es
Dios.
3:5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como
siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
3:6 pero Cristo como hijo
sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la
confianza y el gloriarnos en la esperanza.
3:7 Por lo cual, como dice el
Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz,
3:8 No endurezcáis
vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación
en el desierto,
3:9 Donde me tentaron vuestros padres; me
probaron,
Y vieron mis obras cuarenta años.
3:10 A causa
de lo cual me disgusté contra esa generación,
Y dije: Siempre andan
vagando en su corazón,
Y no han conocido mis caminos.
3:11
Por tanto, juré en mi ira:
No entrarán en mi reposo.
3:12
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad
para apartarse del Dios vivo;
3:13 antes exhortaos los unos a los otros cada
día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por
el engaño del pecado.
3:14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con
tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio,
3:15
entre tanto que se dice:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis
vuestros corazones, como en la provocación.
3:16 ¿Quiénes fueron los que,
habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por
mano de Moisés?
3:17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No
fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?
3:18 ¿Y a
quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que
desobedecieron?
3:19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de
incredulidad.
Hebreos
Capítulo 04
4:1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de
entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.
4:2
Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero
no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la
oyeron.
4:3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera
que dijo:
Por tanto, juré en mi ira,
No entrarán en mi
reposo;
aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del
mundo.
4:4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de
todas sus obras en el séptimo día.
4:5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi
reposo.
4:6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y
aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa
de desobediencia,
4:7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de
tanto tiempo, por medio de David, como se dijo:
Si oyereis hoy su
voz,
No endurezcáis vuestros corazones.
4:8 Porque si Josué
les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.
4:9 Por tanto,
queda un reposo para el pueblo de Dios.
4:10 Porque el que ha entrado en su
reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
4:11
Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante
ejemplo de desobediencia.
4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y
más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón.
4:13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en
su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de
aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Génesis
Capítulo 48
48:1 Sucedió después de estas cosas que dijeron a
José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés
y Efraín.
48:2 Y se le hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José
viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y se sentó sobre la cama,
48:3 y
dijo a José: El Dios Omnipotente me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me
bendijo,
48:4 y me dijo: He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te
pondré por estirpe de naciones; y daré esta tierra a tu descendencia después de
ti por heredad perpetua.
48:5 Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te
nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto,
míos son; como Rubén y Simeón, serán míos.
48:6 Y los que después de ellos
has engendrado, serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus
heredades.
48:7 Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en
la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata;
y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belén.
48:8 Y vio Israel
los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?
48:9 Y respondió José a su
padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí,
y los bendeciré.
48:10 Y los ojos de Israel estaban tan agravados por la
vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él les besó y les
abrazó.
48:11 Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí
Dios me ha hecho ver también a tu descendencia.
48:12 Entonces José los sacó
de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra.
48:13 Y los tomó José a ambos,
Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su izquierda, a la
derecha de Israel; y los acercó a él.
48:14 Entonces Israel extendió su mano
derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano
izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque
Manasés era el primogénito.
48:15 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en
cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene
desde que yo soy hasta este día,
48:16 el Angel que me liberta de todo mal,
bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis
padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la
tierra.
48:17 Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la
cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para
cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.
48:18 Y dijo José a
su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha
sobre su cabeza.
48:19 Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo
sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su
hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de
naciones.
48:20 Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel,
diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de
Manasés.
48:21 Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con
vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres.
48:22 Y yo te he
dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo
con mi espada y con mi arco.
Salmos
Capítulo 38
38:1 Jehová, no me reprendas en tu
furor,
Ni me castigues en tu ira.
38:2 Porque tus saetas
cayeron sobre mí,
Y sobre mí ha descendido tu mano.
38:3
Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni hay paz en mis
huesos, a causa de mi pecado.
38:4 Porque mis iniquidades se han
agravado sobre mi cabeza;
Como carga pesada se han agravado sobre
mí.
38:5 Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi
locura.
38:6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran
manera,
Ando enlutado todo el día.
38:7 Porque mis lomos
están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne.
38:8
Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción
de mi corazón.
38:9 Señor, delante de ti están todos mis
deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.
38:10 Mi corazón está
acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta
ya.
38:11 Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi
plaga,
Y mis cercanos se han alejado.
38:12 Los que buscan
mi vida arman lazos,
Y los que procuran mi mal hablan
iniquidades,
Y meditan fraudes todo el día.
38:13 Mas yo,
como si fuera sordo, no oigo;
Y soy como mudo que no abre la
boca.
38:14 Soy, pues, como un hombre que no oye,
Y en cuya
boca no hay reprensiones.
38:15 Porque en ti, oh Jehová, he
esperado;
Tú responderás, Jehová Dios mío.
38:16 Dije: No se
alegren de mí;
Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre
mí.
38:17 Pero yo estoy a punto de caer,
Y mi dolor está
delante de mí continuamente.
38:18 Por tanto, confesaré mi
maldad,
Y me contristaré por mi pecado.
38:19 Porque mis
enemigos están vivos y fuertes,
Y se han aumentado los que me
aborrecen sin causa.
38:20 Los que pagan mal por bien
Me son
contrarios, por seguir yo lo bueno.
38:21 No me desampares, oh
Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.
38:22 Apresúrate a
ayudarme,
Oh Señor, mi salvación.
NOTA: SI USTED DESEA RECIBIR EN SU CORREO LAS AUDIO LECTURAS REGISTRESE EN EL SIGUIENTE ENLACE http://www.ivoox.com/s_p2_44668_1.html
viernes, 8 de febrero de 2013
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