LECTURA PARA EL DIA 31 DE ENERO
Lucas
Capítulo 22
22:39 Y
saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también
le siguieron.
22:40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
22:41 Y él se apartó
de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas
oró,
22:42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta
copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
22:43 Y se le
apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
22:44 Y estando en agonía,
oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían
hasta la tierra.
22:45 Cuando se levantó de la oración, y vino a sus
discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;
22:46 y les
dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis
en tentación.22:47 Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y
el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó
hasta Jesús para besarle.
22:48 Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?
22:49
Viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor,
¿heriremos a espada?
22:50 Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo
sacerdote, y le cortó la oreja derecha.
22:51 Entonces respondiendo Jesús,
dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le
sanó.
22:52 Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la
guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y
palos?
22:53 Habiendo estado con vosotros cada
día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora,
y la potestad de la tinieblas.22:54 Y prendiéndole, le llevaron, y le
condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos.
22:55 Y
habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y
Pedro se sentó también entre ellos.
22:56 Pero una criada, al verle sentado
al fuego, se fijó en él, y dijo: También éste estaba con él.
22:57 Pero él
lo negó, diciendo: Mujer, no lo conozco.
22:58 Un poco después, viéndole
otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy.
22:59
Como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también éste
estaba con él, porque es galileo.
22:60 Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que
dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó.
22:61
Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del
Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres
veces.
22:62 Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.
22:63 Y los
hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban;
22:64 y
vendándole los ojos, le golpeaban el rostro, y le preguntaban, diciendo:
Profetiza, ¿quién es el que te golpeó?
22:65 Y decían otras muchas cosas
injuriándole.
22:66 Cuando era de día, se juntaron los ancianos del pueblo,
los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio,
diciendo:
22:67 ¿Eres tú el Cristo? Dínoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis;
22:68 y también si os preguntare, no me responderéis, ni me
soltaréis.
22:69 Pero desde ahora el Hijo del
Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios.
22:70 Dijeron
todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy.
22:71 Entonces ellos dijeron:
¿Qué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su
boca.
Génesis
Capítulo 40
40:1 Aconteció después de estas cosas, que el
copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de
Egipto.
40:2 Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, contra el jefe de
los coperos y contra el jefe de los panaderos,
40:3 y los puso en prisión en
la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba
preso.
40:4 Y el capitán de la guardia encargó de ellos a José, y él les
servía; y estuvieron días en la prisión.
40:5 Y ambos, el copero y el
panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un
sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche, cada uno con su propio
significado.
40:6 Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que
estaban tristes.
40:7 Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón, que
estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen
hoy mal vuestros semblantes?
40:8 Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y
no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las
interpretaciones? Contádmelo ahora.
40:9 Entonces el jefe de los coperos
contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de
mí,
40:10 y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba
su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas.
40:11 Y que la copa de
Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de
Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón.
40:12 Y le dijo José: Esta es
su interpretación: los tres sarmientos son tres días.
40:13 Al cabo de tres
días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a
Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero.
40:14
Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de
misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta
casa.
40:15 Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he
hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel.
40:16 Viendo el jefe de los
panaderos que había interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que
veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza.
40:17 En el canastillo más
alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón; y las aves las
comían del canastillo de sobre mi cabeza.
40:18 Entonces respondió José, y
dijo: Esta es su interpretación: Los tres canastillos tres días son.
40:19
Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en
la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti.
40:20 Al tercer día, que
era el día del cumpleaños de Faraón, el rey hizo banquete a todos sus
sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y la cabeza del jefe de
los panaderos, entre sus servidores.
40:21 E hizo volver a su oficio al jefe
de los coperos, y dio éste la copa en mano de Faraón.
40:22 Mas hizo ahorcar
al jefe de los panaderos, como lo había interpretado José.
40:23 Y el jefe
de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.
Salmos
Capítulo 31
31:1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo
confundido jamás;
Líbrame en tu justicia.
31:2 Inclina a mí
tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para
salvarme.
31:3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu
nombre me guiarás y me encaminarás.
31:4 Sácame de la red que han
escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
31:5 En tu mano
encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de
verdad.
31:6 Aborrezco a los que esperan en vanidades
ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.
31:7 Me gozaré y
alegraré en tu misericordia,
Porque has visto mi
aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias.
31:8 No me
entregaste en mano del enemigo;
Pusiste mis pies en lugar
espacioso.
31:9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en
angustia;
Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi
cuerpo.
31:10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de
suspirar;
Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos
se han consumido.
31:11 De todos mis enemigos soy objeto de
oprobio,
Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis
conocidos;
Los que me ven fuera huyen de mí.
31:12 He sido
olvidado de su corazón como un muerto;
He venido a ser como un vaso
quebrado.
31:13 Porque oigo la calumnia de muchos;
El miedo
me asalta por todas partes,
Mientras consultan juntos contra
mí
E idean quitarme la vida.
31:14 Mas yo en ti confío, oh
Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
31:15 En tu mano están mis
tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis
perseguidores.
31:16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu
siervo;
Sálvame por tu misericordia.
31:17 No sea yo
avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado;
Sean avergonzados los
impíos, estén mudos en el Seol.
31:18 Enmudezcan los labios
mentirosos,
Que hablan contra el justo cosas duras
Con
soberbia y menosprecio.
31:19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has
guardado para los que te temen,
Que has mostrado a los que esperan en
ti, delante de los hijos de los hombres!
31:20 En lo secreto de tu
presencia los esconderás de la conspiración del hombre;
Los pondrás en
un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
31:21 Bendito sea
Jehová,
Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en
ciudad fortificada.
31:22 Decía yo en mi premura: Cortado soy de
delante de tus ojos;
Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti
clamaba.
31:23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos;
A
los fieles guarda Jehová,
Y paga abundantemente al que procede con
soberbia.
31:24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en
Jehová,
Y tome aliento vuestro corazón.
NOTA: SI USTED DESEA RECIBIR EN SU CORREO LAS AUDIO LECTURAS REGISTRESE EN EL SIGUIENTE ENLACE http://www.ivoox.com/s_p2_44668_1.html
jueves, 31 de enero de 2013
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