Efesios 6
10 Por lo demás, hermanos mÃos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
11 VestÃos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el dÃa malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del EspÃritu, que es la palabra de Dios;
18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el EspÃritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19 y por mÃ, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,
20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
💥EL MENSAJE QUE NOS DA💥
Este pasaje de Efesios 6:10-20 nos ofrece un mensaje poderoso y relevante para nuestras vidas diarias. A través de la analogÃa de la "armadura de Dios", Pablo nos llama a estar espiritualmente preparados para enfrentar los desafÃos y tentaciones del mundo. Aquà hay algunos puntos clave del mensaje:
Fortaleza en el Señor (v. 10): Nos recuerda que nuestra fuerza no proviene de nosotros mismos, sino del poder de Dios. En tiempos de dificultad, debemos buscar fortaleza en Él.
La lucha espiritual (v. 12): Pablo deja claro que nuestras batallas más profundas no son contra personas o circunstancias fÃsicas, sino contra fuerzas espirituales malignas. Esto nos enseña a discernir más allá de lo visible y orar fervientemente.
La armadura espiritual (v. 11-17): Dios nos proporciona las herramientas espirituales necesarias para resistir y vencer. Cada pieza de la armadura tiene un propósito:
- La verdad nos protege de las mentiras y el engaño.
- La justicia nos cubre, guiándonos a vivir una vida Ãntegra.
- El evangelio de la paz nos da estabilidad y propósito.
- La fe nos defiende de los ataques de duda, temor y desesperación.
- La salvación nos protege la mente, recordándonos quiénes somos en Cristo.
- La palabra de Dios es nuestra arma ofensiva, para combatir las mentiras del enemigo.
La oración constante (v. 18): Nos llama a orar en todo momento, no solo por nuestras necesidades, sino también por los demás creyentes, creando una comunidad de intercesión y apoyo espiritual.
Valor para proclamar el evangelio (v. 19-20): Pablo pide valor para proclamar el evangelio incluso en medio de sus propias cadenas. Esto nos desafÃa a hablar con valentÃa de nuestra fe, sin importar las circunstancias.
En resumen, este pasaje nos recuerda que estamos en una batalla espiritual, pero Dios nos ha equipado con todo lo necesario para estar firmes, resistir y vencer. Nos invita a mantenernos firmes en la verdad, justicia, paz, fe, salvación y la Palabra, mientras oramos y dependemos de Dios para todo.
💥OREMOS💥
Señor y Dios Padre Todopoderoso, Señor Jesús. Una vez más estamos delante de su presencia, Señor mi Dios, dándole gracias por este nuevo dÃa viernes, oh Dios, por esta oportunidad que nos da de clamar a Su nombre, de buscar primeramente el reino de justicia para que todo se haga en el nombre de Cristo Jesús.
Oh Padre, damos gracias, oh Dios, por Su misericordia, por Su perdón, por Su gran amor hacia nosotros. Gracias le damos por esta palabra que nos da en Efesios 6:10-20, donde el apóstol Pablo nos llama a estar espiritualmente preparados. Señor mi Dios, gracias porque sabemos que nuestra fuerza no proviene de nosotros mismos, sino del poder Tuyo, Padre. Dice Tu palabra en el libro de Juan 15:5 que nosotros somos los pámpanos, Tú eres la vid y sin Ti nada podemos hacer.
Santo Dios, gracias Padre porque el apóstol Pablo nos deja claramente entendido, Señor mi Dios, que las batallas más profundas no son contra personas, sino contra fuerzas espirituales. Y es por eso que debemos estar orando fervientemente en todo tiempo. Gracias, Señor mi Dios, porque Tú nos das las herramientas en la Escritura, Padre, para poder vencer al enemigo. Tú nos dices, oh Dios, que nuestra armadura debe estar llena de verdad, de justicia, del evangelio de la paz, de la fe, de la salvación y, sobre todo, de la palabra de Dios.
Sobre todo, gracias porque nos invitas, oh Dios, a esa oración constante. En Primera de Tesalonicenses 5:17 nos dice Tu palabra que oremos sin cesar. ¡Gloria a Dios, aleluya! Porque es la única forma de vencer al enemigo. Ayúdanos, Padre, a poder seguir clamando Tu evangelio, a poder hablar de Tu palabra, a dar testimonio de todo lo que Tú eres capaz de hacer, de lo que haces, de lo que estás haciendo y aún de lo que harás. Bendito sea el Señor.
En el nombre de Cristo Jesús, oh Dios, pedimos que nos ayudes a mantenernos firmes en la verdad, en la justicia, en la paz y en todo lo que nosotros necesitamos, Señor mi Dios, para seguir dependiendo de Ti para todo y en todo. Gracias, amado Padre celestial. Bendice a Tu pueblo de Israel, mi Dios; bendice a los lÃderes espirituales, a los que están enfermos, a los que están en los hospitales, a los que están presos de su libertad. Sé con cada uno de ellos, Padre. Ayúdanos, oh Dios, a caminar en amor, en justicia y en verdad. Ayúdanos a ser oidores y hacedores de Tu palabra.
¡Gloria a Dios, aleluya! En el nombre poderoso de Cristo Jesús te lo pedimos. Amén y amén.