viernes, 2 de noviembre de 2012

1Ti 4, Is 38-39, Sal 119.121-144

LECTURA PARA EL DIA 02 DE NOVIEMBRE

1ra. a Timoteo Capítulo 04
4:1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
4:2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
4:3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.
4:4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;
4:5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
4:6 Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.
4:7 Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad;
4:8 porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
4:9 Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos.
4:10 que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
4:11 Esto manda y enseña.
4:12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
4:13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
4:14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
4:15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
4:16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

Isaías
Capítulo 38
38:1 En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
38:2 Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová,
38:3 y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.
38:4 Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:
38:5 Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años.
38:6 Y te libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé.
38:7 Y esto te será señal de parte de Jehová, que Jehová hará esto que ha dicho:
38:8 He aquí yo haré volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados atrás. Y volvió el sol diez grados atrás, por los cuales había ya descendido.
38:9 Escritura de Ezequías rey de Judá, de cuando enfermó y sanó de su enfermedad:
38:10 Yo dije: A la mitad de mis días iré a las puertas del Seol; privado soy del resto de mis años.
38:11 Dije: No veré a JAH, a JAH en la tierra de los vivientes; ya no veré más hombre con los moradores del mundo.
38:12 Mi morada ha sido movida y traspasada de mí, como tienda de pastor. Como tejedor corté mi vida; me cortará con la enfermedad; me consumirás entre el día y la noche.
38:13 Contaba yo hasta la mañana. Como un león molió todos mis huesos; de la mañana a la noche me acabarás.
38:14 Como la grulla y como la golondrina me quejaba; gemía como la paloma; alzaba en alto mis ojos. Jehová, violencia padezco; fortaléceme.
38:15 ¿Qué diré? El que me lo dijo, él mismo lo ha hecho. Andaré humildemente todos mis años, a causa de aquella amargura de mi alma.
38:16 Oh Señor, por todas estas cosas los hombres vivirán, y en todas ellas está la vida de mi espíritu; pues tú me restablecerás, y harás que viva.
38:17 He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.
38:18 Porque el Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad.
38:19 El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos.
38:20 Jehová me salvará; por tanto cantaremos nuestros cánticos en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida.
38:21 Y había dicho Isaías: Tomen masa de higos, y pónganla en la llaga, y sanará.
38:22 Había asimismo dicho Ezequías: ¿Qué señal tendré de que subiré a la casa de Jehová?

Isaías
Capítulo 39
39:1 En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y presentes a Ezequías; porque supo que había estado enfermo, y que había convalecido.
39:2 Y se regocijó con ellos Ezequías, y les mostró la casa de su tesoro, plata y oro, especias, ungüentos preciosos, toda su casa de armas, y todo lo que se hallaba en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todos sus dominios, que Ezequías no les mostrase.
39:3 Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dicen estos hombres, y de dónde han venido a ti? Y Ezequías respondió: De tierra muy lejana han venido a mí, de Babilonia.
39:4 Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto, y ninguna cosa hay en mis tesoros que no les haya mostrado.
39:5 Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye palabra de Jehová de los ejércitos:
39:6 He aquí vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice Jehová.
39:7 De tus hijos que saldrán de ti, y que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.
39:8 Y dijo Ezequías a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado es buena. Y añadió: A lo menos, haya paz y seguridad en mis días.


Salmos Capítulo 119

19:121 Juicio y justicia he hecho;
No me abandones a mis opresores.
119:122 Afianza a tu siervo para bien;
No permitas que los soberbios me opriman.
119:123 Mis ojos desfallecieron por tu salvación,
Y por la palabra de tu justicia.
119:124 Haz con tu siervo según tu misericordia,
Y enséñame tus estatutos.
119:125 Tu siervo soy yo, dame entendimiento
Para conocer tus testimonios.
119:126 Tiempo es de actuar, oh Jehová,
Porque han invalidado tu ley.
119:127 Por eso he amado tus mandamientos
Más que el oro, y más que oro muy puro.
119:128 Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas,
Y aborrecí todo camino de mentira.
Pe
119:129 Maravillosos son tus testimonios;
Por tanto, los ha guardado mi alma.
119:130 La exposición de tus palabras alumbra;
Hace entender a los simples.
119:131 Mi boca abrí y suspiré,
Porque deseaba tus mandamientos.
119:132 Mírame, y ten misericordia de mí,
Como acostumbras con los que aman tu nombre.
119:133 Ordena mis pasos con tu palabra,
Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.
119:134 Líbrame de la violencia de los hombres,
Y guardaré tus mandamientos.
119:135 Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo,
Y enséñame tus estatutos.
119:136 Ríos de agua descendieron de mis ojos,
Porque no guardaban tu ley.
119:137 Justo eres tú, oh Jehová,
Y rectos tus juicios.
119:138 Tus testimonios, que has recomendado,
Son rectos y muy fieles.
119:139 Mi celo me ha consumido,
Porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.
119:140 Sumamente pura es tu palabra,
Y la ama tu siervo.
119:141 Pequeño soy yo, y desechado,
Mas no me he olvidado de tus mandamientos.
119:142 Tu justicia es justicia eterna,
Y tu ley la verdad.
119:143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí,
Mas tus mandamientos fueron mi delicia.
119:144 Justicia eterna son tus testimonios;
Dame entendimiento, y viviré.

jueves, 1 de noviembre de 2012

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 01 DE NOVIEMBRE

1 Ti 3, Is 36-37,Sal 119.97-120

LECTURA  PARA EL DIA 01 DE NOVIEMBRE

1ra. a Timoteo Capítulo 03

3:1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.
3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;
3:3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro;
3:4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad
3:5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);
3:6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
3:7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
3:8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas;
3:9 que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia.
3:10 Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles.
3:11 Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.
3:12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
3:13 Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
3:14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,
3:15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
3:16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne, 
Justificado en el Espíritu, 
Visto de los ángeles, 
Predicado a los gentiles, 
Creído en el mundo, 
Recibido arriba en gloria.

  Isaías Capítulo 36

36:1 Aconteció en el año catorce del rey Ezequías, que Senaquerib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó.
36:2 Y el rey de Asiria envió al Rabsaces con un gran ejército desde Laquis a Jerusalén contra el rey Ezequías; y acampó junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador.
36:3 Y salió a él Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna, escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller,
36:4 a los cuales dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas?
36:5 Yo digo que el consejo y poderío para la guerra, de que tú hablas, no son más que palabras vacías. Ahora bien, ¿en quién confías para que te rebeles contra mí?
36:6 He aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían.
36:7 Y si me decís: En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es éste aquel cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis?
36:8 Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes que cabalguen sobre ellos.
36:9 ¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo?
36:10 ¿Acaso vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin Jehová? Jehová me dijo: Sube a esta tierra y destrúyela.
36:11 Entonces dijeron Eliaquim, Sebna y Joa al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos; y no hables con nosotros en lengua de Judá, porque lo oye el pueblo que está sobre el muro.
36:12 Y dijo el Rabsaces: ¿Acaso me envió mi señor a que dijese estas palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su estiércol y beber su orina con vosotros?
36:13 Entonces el Rabsaces se puso en pie y gritó a gran voz en lengua de Judá, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria.
36:14 El rey dice así: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar.
36:15 Ni os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente Jehová nos librará; no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria.
36:16 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo,
36:17 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas.
36:18 Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará. ¿Acaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria?
36:19 ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim? ¿Libraron a Samaria de mi mano?
36:20 ¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?
36:21 Pero ellos callaron, y no le respondieron palabra; porque el rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis.
36:22 Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.


Isaías Capítulo 37

37:1 Aconteció, pues, que cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la casa de Jehová.
37:2 Y envió a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz.
37:3 Los cuales le dijeron: Así ha dicho Ezequías: Día de angustia, de reprensión y de blasfemia es este día; porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas.
37:4 Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras del Rabsaces, al cual el rey de Asiria su señor envió para blasfemar al Dios vivo, y para vituperar con las palabras que oyó Jehová tu Dios; eleva, pues, oración tú por el remanente que aún ha quedado.
37:5 Vinieron, pues, los siervos de Ezequías a Isaías.
37:6 Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.
37:7 He aquí que yo pondré en él un espíritu, y oirá un rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra perezca a espada.
37:8 Vuelto, pues, el Rabsaces, halló al rey de Asiria que combatía contra Libna; porque ya había oído que se había apartado de Laquis.
37:9 Mas oyendo decir de Tirhaca rey de Etiopía: He aquí que ha salido para hacerte guerra; al oírlo, envió embajadores a Ezequías, diciendo:
37:10 Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.
37:11 He aquí que tú oíste lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, que las destruyeron; ¿y escaparás tú?
37:12 ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que destruyeron mis antepasados, a Gozán, Harán, Resef y a los hijos de Edén que moraban en Telasar?
37:13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?
37:14 Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores, y las leyó; y subió a la casa de Jehová, y las extendió delante de Jehová.
37:15 Entonces Ezequías oró a Jehová, diciendo:
37:16 Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.
37:17 Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente.
37:18 Ciertamente, oh Jehová, los reyes de Asiria destruyeron todas las tierras y sus comarcas,
37:19 y entregaron los dioses de ellos al fuego; porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra; por eso los destruyeron.
37:20 Ahora pues, Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú eres Jehová.
37:21 Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Acerca de lo que me rogaste sobre Senaquerib rey de Asiria,
37:22 estas son las palabras que Jehová habló contra él: La virgen hija de Sion te menosprecia, te escarnece; detrás de ti mueve su cabeza la hija de Jerusalén.
37:23 ¿A quién vituperaste, y a quién blasfemaste? ¿Contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo de Israel.
37:24 Por mano de tus siervos has vituperado al Señor, y dijiste: Con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses escogidos; llegaré hasta sus más elevadas cumbres, al bosque de sus feraces campos.
37:25 Yo cavé, y bebí las aguas, y con las pisadas de mis pies secaré todos los ríos de Egipto.
37:26 ¿No has oído decir que desde tiempos antiguos yo lo hice, que desde los días de la antigüedad lo tengo ideado? Y ahora lo he hecho venir, y tú serás para reducir las ciudades fortificadas a montones de escombros.
37:27 Sus moradores fueron de corto poder; fueron acobardados y confusos, fueron como hierba del campo y hortaliza verde, como heno de los terrados, que antes de sazón se seca.
37:28 He conocido tu condición, tu salida y tu entrada, y tu furor contra mí.
37:29 Porque contra mí te airaste, y tu arrogancia ha subido a mis oídos; pondré, pues, mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.
37:30 Y esto te será por señal: Comeréis este año lo que nace de suyo, y el año segundo lo que nace de suyo; y el año tercero sembraréis y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis su fruto.
37:31 Y lo que hubiere quedado de la casa de Judá y lo que hubiere escapado, volverá a echar raíz abajo, y dará fruto arriba.
37:32 Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
37:33 Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni arrojará saeta en ella; no vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte.
37:34 Por el camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová.
37:35 Porque yo ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor de mí mismo, y por amor de David mi siervo.
37:36 Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
37:37 Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, e hizo su morada en Nínive.
37:38 Y aconteció que mientras adoraba en el templo de Nisroc su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer le mataron a espada, y huyeron a la tierra de Ararat; y reinó en su lugar Esarhadón su hijo.


Salmos Capítulo 119

19:97 ¡Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación.
119:98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos,
Porque siempre están conmigo.
119:99 Más que todos mis enseñadores he entendido,
Porque tus testimonios son mi meditación.
119:100 Más que los viejos he entendido,
Porque he guardado tus mandamientos;
119:101 De todo mal camino contuve mis pies,
Para guardar tu palabra.
119:102 No me aparté de tus juicios,
Porque tú me enseñaste.
119:103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!
Más que la miel a mi boca.
119:104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia;
Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.
Nun
119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.
119:106 Juré y ratifiqué
Que guardaré tus justos juicios.
119:107 Afligido estoy en gran manera;
Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.
119:108 Te ruego, oh Jehová, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca,
Y me enseñes tus juicios.
119:109 Mi vida está de continuo en peligro,
Mas no me he olvidado de tu ley.
119:110 Me pusieron lazo los impíos,
Pero yo no me desvié de tus mandamientos.
119:111 Por heredad he tomado tus testimonios para siempre,
Porque son el gozo de mi corazón.
119:112 Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos
De continuo, hasta el fin.
Sámec
119:113 Aborrezco a los hombres hipócritas;
Mas amo tu ley.
119:114 Mi escondedero y mi escudo eres tú;
En tu palabra he esperado.
119:115 Apartaos de mí, malignos,
Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.
119:116 Susténtame conforme a tu palabra, y viviré;
Y no quede yo avergonzado de mi esperanza.
119:117 Sosténme, y seré salvo,
Y me regocijaré siempre en tus estatutos.
119:118 Hollaste a todos los que se desvían de tus estatutos,
Porque su astucia es falsedad.
119:119 Como escorias hiciste consumir a todos los impíos de la tierra;
Por tanto, yo he amado tus testimonios.
119:120 Mi carne se ha estremecido por temor de ti,
Y de tus juicios tengo miedo.

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 31 DE OCTUBRE

miércoles, 31 de octubre de 2012

1 Ti 2,Is 34-35,Sal 119.65-96

LECTURA PARA EL DIA 31 DE OCTUBRE
1ra. a Timoteo
Capítulo 02
2:1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
2:2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
2:3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
2:4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
2:6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
2:7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.
2:8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
2:9 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
2:10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
2:11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
2:12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
2:13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;
2:14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
2:15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.


Isaías Capítulo 34

34:1 Acercaos, naciones, juntaos para oír; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce.
34:2 Porque Jehová está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las destruirá y las entregará al matadero.
34:3 Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos.
34:4 Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.
34:5 Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema.
34:6 Llena está de sangre la espada de Jehová, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de machos cabríos, de grosura de riñones de carneros; porque Jehová tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom.
34:7 Y con ellos caerán búfalos, y toros con becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de grosura.
34:8 Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sion.
34:9 Y sus arroyos se convertirán en brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente.
34:10 No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella.
34:11 Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo, la lechuza y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella cordel de destrucción, y niveles de asolamiento.
34:12 Llamarán a sus príncipes, príncipes sin reino; y todos sus grandes serán nada.
34:13 En sus alcázares crecerán espinos, y ortigas y cardos en sus fortalezas; y serán morada de chacales, y patio para los pollos de los avestruces.
34:14 Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero; la lechuza también tendrá allí morada, y hallará para sí reposo.
34:15 Allí anidará el buho, pondrá sus huevos, y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas; también se juntarán allí buitres, cada uno con su compañera.
34:16 Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu.
34:17 Y él les echó suertes, y su mano les repartió con cordel; para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí. 


Isaías Capítulo 35

35:1 Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa.
35:2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.
35:3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles.
35:4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
35:5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán.
35:6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.
35:7 El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos.
35:8 Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
35:9 No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos.
35:10 Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.


Salmos Capítulo 119


Tet
119:65 Bien has hecho con tu siervo,
Oh Jehová, conforme a tu palabra.
119:66 Enséñame buen sentido y sabiduría,
Porque tus mandamientos he creído.
119:67 Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba;
Mas ahora guardo tu palabra.
119:68 Bueno eres tú, y bienhechor;
Enséñame tus estatutos.
119:69 Contra mí forjaron mentira los soberbios,
Mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
119:70 Se engrosó el corazón de ellos como sebo,
Mas yo en tu ley me he regocijado.
119:71 Bueno me es haber sido humillado,
Para que aprenda tus estatutos.
119:72 Mejor me es la ley de tu boca
Que millares de oro y plata.
Yod
119:73 Tus manos me hicieron y me formaron;
Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
119:74 Los que te temen me verán, y se alegrarán,
Porque en tu palabra he esperado.
119:75 Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos,
Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
119:76 Sea ahora tu misericordia para consolarme,
Conforme a lo que has dicho a tu siervo.
119:77 Vengan a mí tus misericordias, para que viva,
Porque tu ley es mi delicia.
119:78 Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado;
Pero yo meditaré en tus mandamientos.
119:79 Vuélvanse a mí los que te temen
Y conocen tus testimonios.
119:80 Sea mi corazón íntegro en tus estatutos,
Para que no sea yo avergonzado.
Caf
119:81 Desfallece mi alma por tu salvación,
Mas espero en tu palabra.
119:82 Desfallecieron mis ojos por tu palabra,
Diciendo: ¿Cuándo me consolarás?
119:83 Porque estoy como el odre al humo;
Pero no he olvidado tus estatutos.
119:84 ¿Cuántos son los días de tu siervo?
¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
119:85 Los soberbios me han cavado hoyos;
Mas no proceden según tu ley.
119:86 Todos tus mandamientos son verdad;
Sin causa me persiguen; ayúdame.
119:87 Casi me han echado por tierra,
Pero no he dejado tus mandamientos.
119:88 Vivifícame conforme a tu misericordia,
Y guardaré los testimonios de tu boca.
Lámed
119:89 Para siempre, oh Jehová,
Permanece tu palabra en los cielos.
119:90 De generación en generación es tu fidelidad;
Tú afirmaste la tierra, y subsiste.
119:91 Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy,
Pues todas ellas te sirven.
119:92 Si tu ley no hubiese sido mi delicia,
Ya en mi aflicción hubiera perecido.
119:93 Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos,
Porque con ellos me has vivificado.
119:94 Tuyo soy yo, sálvame,
Porque he buscado tus mandamientos.
119:95 Los impíos me han aguardado para destruirme;
Mas yo consideraré tus testimonios.
119:96 A toda perfección he visto fin;
Amplio sobremanera es tu mandamiento.


lunes, 29 de octubre de 2012

I Ti 1,Is 31-33, Sal 119.33-64

LECTURA PARA EL DIA 30 DE OCTUBRE

1ra. a Timoteo Capítulo 01

1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza,
1:2 a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
1:3 Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina,
1:4 ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
1:5 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida,
1:6 de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería,
1:7 queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.
1:8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente;
1:9 conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
1:10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,
1:11 según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.
1:12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio,
1:13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.
1:14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
1:15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
1:16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.
1:17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
1:18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,
1:19 manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos,
1:20 de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.


Isaías Capítulo 31

31:1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!
31:2 Pero él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los que hacen iniquidad.
31:3 Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.
31:4 Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado.
31:5 Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando.
31:6 Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel.
31:7 Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras.
31:8 Entonces caerá Asiria por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios.
31:9 Y de miedo pasará su fortaleza, y sus príncipes, con pavor, dejarán sus banderas, dice Jehová, cuyo fuego está en Sion, y su horno en Jerusalén. 


Isaías Capítulo 32

32:1 He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio.
32:2 Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.
32:3 No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos.
32:4 Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente.
32:5 El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido.
32:6 Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.
32:7 Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre.
32:8 Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.
32:9 Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón.
32:10 De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá.
32:11 Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio.
32:12 Golpeándose el pecho lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.
32:13 Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría.
32:14 Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada;
32:15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.
32:16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia.
32:17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.
32:18 Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.
32:19 Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida.
32:20 Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey y al asno. 


Isaías Capítulo 33

33:1 ¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.
33:2 Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación.
33:3 Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú.
33:4 Sus despojos serán recogidos como cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas.
33:5 Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia.
33:6 Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro.
33:7 He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente.
33:8 Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres.
33:9 Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.
33:10 Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido.
33:11 Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá.
33:12 Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego.
33:13 Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder.
33:14 Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?
33:15 El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala;
33:16 éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.
33:17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.
33:18 Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿qué del pesador del tributo? ¿qué del que pone en lista las casas más insignes?
33:19 No verás a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas.
33:20 Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.
33:21 Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera de remos, ni por él pasará gran nave.
33:22 Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará.
33:23 Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá entonces botín de muchos despojos; los cojos arrebatarán el botín.
33:24 No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.


Salmos Capítulo 119

119:33 Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos,
Y lo guardaré hasta el fin.
119:34 Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.
119:35 Guíame por la senda de tus mandamientos,
Porque en ella tengo mi voluntad.
119:36 Inclina mi corazón a tus testimonios,
Y no a la avaricia.
119:37 Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino.
119:38 Confirma tu palabra a tu siervo,
Que te teme.
119:39 Quita de mí el oprobio que he temido,
Porque buenos son tus juicios.
119:40 He aquí yo he anhelado tus mandamientos;
Vivifícame en tu justicia.
Vau
119:41 Venga a mí tu misericordia, oh Jehová;
Tu salvación, conforme a tu dicho.
119:42 Y daré por respuesta a mi avergonzador,
Que en tu palabra he confiado.
119:43 No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad,
Porque en tus juicios espero.
119:44 Guardaré tu ley siempre,
Para siempre y eternamente.
119:45 Y andaré en libertad,
Porque busqué tus mandamientos.
119:46 Hablaré de tus testimonios delante de los reyes,
Y no me avergonzaré;
119:47 Y me regocijaré en tus mandamientos,
Los cuales he amado.
119:48 Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé,
Y meditaré en tus estatutos.
Zain
119:49 Acuérdate de la palabra dada a tu siervo,
En la cual me has hecho esperar.
119:50 Ella es mi consuelo en mi aflicción,
Porque tu dicho me ha vivificado.
119:51 Los soberbios se burlaron mucho de mí,
Mas no me he apartado de tu ley.
119:52 Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos,
Y me consolé.
119:53 Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos
Que dejan tu ley.
119:54 Cánticos fueron para mí tus estatutos
En la casa en donde fui extranjero.
119:55 Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová,
Y guardé tu ley.
119:56 Estas bendiciones tuve
Porque guardé tus mandamientos.
Chet
119:57 Mi porción es Jehová;
He dicho que guardaré tus palabras.
119:58 Tu presencia supliqué de todo corazón;
Ten misericordia de mí según tu palabra.
119:59 Consideré mis caminos,
Y volví mis pies a tus testimonios.
119:60 Me apresuré y no me retardé
En guardar tus mandamientos.
119:61 Compañías de impíos me han rodeado,
Mas no me he olvidado de tu ley.
119:62 A medianoche me levanto para alabarte
Por tus justos juicios.
119:63 Compañero soy yo de todos los que te temen
Y guardan tus mandamientos.
119:64 De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra;
Enséñame tus estatutos.

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 29 DE OCTUBRE

2 Ts 3,Is 29-30,Sal 119.1-32

LECTURA PARA EL DIA 29 DE OCTUBRE

2da. a los Tesalonicenses Capítulo 03

3:1 Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros,
3:2 y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe.
3:3 Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.
3:4 Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado.
3:5 Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.
3:6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.
3:7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,
3:8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;
3:9 no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
3:10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
3:11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
3:12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.
3:13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
3:14 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence.
3:15 Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
3:16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
3:17 La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo.
3:18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.


Isaías Capítulo 29

29:1 ¡Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, las fiestas sigan su curso.
29:2 Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel.
29:3 Porque acamparé contra ti alrededor, y te sitiaré con campamentos, y levantaré contra ti baluartes.
29:4 Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra como la de un fantasma, y tu habla susurrará desde el polvo.
29:5 Y la muchedumbre de tus enemigos será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento.
29:6 Por Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.
29:7 Y será como sueño de visión nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel, y todos los que pelean contra ella y su fortaleza, y los que la ponen en apretura.
29:8 Y les sucederá como el que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento; así será la multitud de todas las naciones que pelearán contra el monte de Sion.
29:9 Deteneos y maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra.
29:10 Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes.
29:11 Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado.
29:12 Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer.
29:13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
29:14 por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.
29:15 ¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?
29:16 Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?
29:17 ¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque?
29:18 En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas.
29:19 Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.
29:20 Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán destruidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad,
29:21 los que hacen pecar al hombre en palabra; los que arman lazo al que reprendía en la puerta, y pervierten la causa del justo con vanidad.
29:22 Por tanto, Jehová, que redimió a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será ahora avergonzado Jacob, ni su rostro se pondrá pálido;
29:23 porque verá a sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificarán mi nombre; y santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel.
29:24 Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina.


IsaíasCapítulo 30

30:1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!
30:2 Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.
30:3 Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión.
30:4 Cuando estén sus príncipes en Zoán, y sus embajadores lleguen a Hanes,
30:5 todos se avergonzarán del pueblo que no les aprovecha, ni los socorre, ni les trae provecho; antes les será para vergüenza y aun para oprobio.
30:6 Profecía sobre las bestias del Neguev: Por tierra de tribulación y de angustia, de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela, llevan sobre lomos de asnos sus riquezas, y sus tesoros sobre jorobas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho.
30:7 Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.
30:8 Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre.
30:9 Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová;
30:10 que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras;
30:11 dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.
30:12 Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado;
30:13 por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente.
30:14 Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.
30:15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis,
30:16 sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores.
30:17 Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina.
30:18 Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.
30:19 Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
30:20 Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros.
30:21 Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.
30:22 Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás.
30:23 Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas.
30:24 Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba.
30:25 Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres.
30:26 Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó.
30:27 He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume.
30:28 Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar.
30:29 Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel.
30:30 Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo.
30:31 Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada.
30:32 Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos.
30:33 Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.


Salmos
Capítulo 119

119:1 Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.
119:2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan;
119:3 Pues no hacen iniquidad
Los que andan en sus caminos.
119:4 Tú encargaste
Que sean muy guardados tus mandamientos.
119:5 ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos
Para guardar tus estatutos!
119:6 Entonces no sería yo avergonzado,
Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
119:7 Te alabaré con rectitud de corazón
Cuando aprendiere tus justos juicios.
119:8 Tus estatutos guardaré;
No me dejes enteramente.
Bet
119:9 ¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
119:10 Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos.
119:11 En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
119:12 Bendito tú, oh Jehová;
Enséñame tus estatutos.
119:13 Con mis labios he contado
Todos los juicios de tu boca.
119:14 Me he gozado en el camino de tus testimonios
Más que de toda riqueza.
119:15 En tus mandamientos meditaré;
Consideraré tus caminos.
119:16 Me regocijaré en tus estatutos;
No me olvidaré de tus palabras.
Guímel
119:17 Haz bien a tu siervo; que viva,
Y guarde tu palabra.
119:18 Abre mis ojos, y miraré
Las maravillas de tu ley.
119:19 Forastero soy yo en la tierra;
No encubras de mí tus mandamientos.
119:20 Quebrantada está mi alma de desear
Tus juicios en todo tiempo.
119:21 Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos.
119:22 Aparta de mí el oprobio y el menosprecio,
Porque tus testimonios he guardado.
119:23 Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí;
Mas tu siervo meditaba en tus estatutos,
119:24 Pues tus testimonios son mis delicias
Y mis consejeros.
Dálet
119:25 Abatida hasta el polvo está mi alma;
Vivifícame según tu palabra.
119:26 Te he manifestado mis caminos, y me has respondido;
Enséñame tus estatutos.
119:27 Hazme entender el camino de tus mandamientos,
Para que medite en tus maravillas.
119:28 Se deshace mi alma de ansiedad;
Susténtame según tu palabra.
119:29 Aparta de mí el camino de la mentira,
Y en tu misericordia concédeme tu ley.
119:30 Escogí el camino de la verdad;
He puesto tus juicios delante de mí.
119:31 Me he apegado a tus testimonios;
Oh Jehová, no me avergüences.
119:32 Por el camino de tus mandamientos correré,
Cuando ensanches mi corazón.

domingo, 28 de octubre de 2012

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 28 DE OCTUBRE

2 Ts 2,Is 27-28, Sal 118

LECTURA PARA EL DIA 28 DE OCTUBRE

2da. a los Tesalonicenses
Capítulo 02
2:1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,
2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.
2:3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
2:4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
2:5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?
2:6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.
2:7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.
2:8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
2:9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,
2:10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
2:11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
2:12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
2:13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
2:14 a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
2:15 Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
2:16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
2:17 conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.


Isaías
Capítulo 27

27:1 En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.
27:2 En aquel día cantad acerca de la viña del vino rojo.
27:3 Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe.
27:4 No hay enojo en mí. ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinos y cardos? Yo los hollaré, los quemaré a una.
27:5 ¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo.
27:6 Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará de fruto.
27:7 ¿Acaso ha sido herido como quien lo hirió, o ha sido muerto como los que lo mataron?
27:8 Con medida lo castigarás en sus vástagos. El los remueve con su recio viento en el día del aire solano.
27:9 De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de Jacob, y este será todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando haga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y no se levanten los símbolos de Asera ni las imágenes del sol.
27:10 Porque la ciudad fortificada será desolada, la ciudad habitada será abandonada y dejada como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas.
27:11 Cuando sus ramas se sequen, serán quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque aquel no es pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.
27:12 Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde el río Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno.
27:13 Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.


Isaías
Capítulo 28

28:1 ¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!
28:2 He aquí, Jehová tiene uno que es fuerte y poderoso; como turbión de granizo y como torbellino trastornador, como ímpetu de recias aguas que inundan, con fuerza derriba a tierra.
28:3 Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín.
28:4 Y será la flor caduca de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, apenas la ve el que la mira, se la traga tan luego como la tiene a mano.
28:5 En aquel día Jehová de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo;
28:6 y por espíritu de juicio al que se sienta en juicio, y por fuerzas a los que rechacen la batalla en la puerta.
28:7 Pero también éstos erraron con el vino, y con sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio.
28:8 Porque toda mesa está llena de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio.
28:9 ¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los destetados? ¿a los arrancados de los pechos?
28:10 Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá;
28:11 porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo,
28:12 a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oir.
28:13 La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos.
28:14 Por tanto, varones burladores que gobernáis a este pueblo que está en Jerusalén, oíd la palabra de Jehová.
28:15 Por cuanto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e hicimos convenio con el Seol; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos esconderemos;
28:16 por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.
28:17 Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo.
28:18 Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro convenio con el Seol no será firme; cuando pase el turbión del azote, seréis de él pisoteados.
28:19 Luego que comience a pasar, él os arrebatará; porque de mañana en mañana pasará, de día y de noche; y será ciertamente espanto el entender lo oído.
28:20 La cama será corta para poder estirarse, y la manta estrecha para poder envolverse.
28:21 Porque Jehová se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación.
28:22 Ahora, pues, no os burléis, para que no se aprieten más vuestras ataduras; porque destrucción ya determinada sobre toda la tierra he oído del Señor, Jehová de los ejércitos.
28:23 Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho.
28:24 El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra?
28:25 Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde apropiado?
28:26 Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto;
28:27 que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara.
28:28 El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo.
28:29 También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría.


Salmos
Capítulo 118
118:1 Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia.
118:2 Diga ahora Israel,
Que para siempre es su misericordia.
118:3 Diga ahora la casa de Aarón,
Que para siempre es su misericordia.
118:4 Digan ahora los que temen a Jehová,
Que para siempre es su misericordia.
118:5 Desde la angustia invoqué a JAH,
Y me respondió JAH, poniéndome en lugar espacioso.
118:6 Jehová está conmigo; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.
118:7 Jehová está conmigo entre los que me ayudan;
Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.
118:8 Mejor es confiar en Jehová
Que confiar en el hombre.
118:9 Mejor es confiar en Jehová
Que confiar en príncipes.
118:10 Todas las naciones me rodearon;
Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.
118:11 Me rodearon y me asediaron;
Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.
118:12 Me rodearon como abejas; se enardecieron como fuego de espinos;
Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.
118:13 Me empujaste con violencia para que cayese,
Pero me ayudó Jehová.
118:14 Mi fortaleza y mi cántico es JAH,
Y él me ha sido por salvación.
118:15 Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos;
La diestra de Jehová hace proezas.
118:16 La diestra de Jehová es sublime;
La diestra de Jehová hace valentías.
118:17 No moriré, sino que viviré,
Y contaré las obras de JAH.
118:18 Me castigó gravemente JAH,
Mas no me entregó a la muerte.
118:19 Abridme las puertas de la justicia;
Entraré por ellas, alabaré a JAH.
118:20 Esta es puerta de Jehová;
Por ella entrarán los justos.
118:21 Te alabaré porque me has oído,
Y me fuiste por salvación.
118:22 La piedra que desecharon los edificadores
Ha venido a ser cabeza del ángulo.
118:23 De parte de Jehová es esto,
Y es cosa maravillosa a nuestros ojos.
118:24 Este es el día que hizo Jehová;
Nos gozaremos y alegraremos en él.
118:25 Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego;
Te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora.
118:26 Bendito el que viene en el nombre de Jehová;
Desde la casa de Jehová os bendecimos.
118:27 Jehová es Dios, y nos ha dado luz;
Atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar.
118:28 Mi Dios eres tú, y te alabaré;
Dios mío, te exaltaré.
118:29 Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia