Explicación de 2 Pedro 3:1-18
Versículos 1-2
Pedro comienza recordando a los creyentes que esta es su segunda carta, y su propósito es despertar con exhortación (es decir, animar y advertir) su limpio entendimiento (su mente pura). Les insta a recordar las enseñanzas de los santos profetas (los mensajeros de Dios en el Antiguo Testamento) y los mandamientos de los apóstoles (los discípulos de Jesús enviados a predicar el evangelio).
Versículo 3
Pedro advierte que en los postrimeros días (los tiempos finales antes del regreso de Cristo) vendrán burladores (personas que se burlan de la fe cristiana) que seguirán sus concupiscencias (deseos desordenados y pecaminosos).
Versículo 4
Estos burladores preguntarán con escepticismo: "¿Dónde está la promesa de su advenimiento (segunda venida de Cristo)?" Argumentarán que nada ha cambiado desde que los padres durmieron (las generaciones anteriores murieron), sugiriendo que Dios no intervendrá en la historia.
Versículos 5-6
Pedro señala que estas personas ignoran deliberadamente que Dios creó los cielos (el universo) y la tierra, y que en el pasado el mundo fue anegado (sumergido, destruido) por agua en el diluvio de Noé.
Versículo 7
Pero esta vez, el juicio de Dios no será con agua, sino con fuego, que se manifestará en el día del juicio, cuando los hombres impíos (pecadores que rechazan a Dios) serán destruidos.
Versículo 8
Pedro recuerda que para Dios, el tiempo no se mide como para los humanos: "un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día", lo que significa que su demora no es olvido, sino paciencia.
Versículo 9
Dios no se tarda en cumplir su promesa, sino que tiene paciencia porque desea que todos se arrepientan (cambien de actitud y se vuelvan a Él) en lugar de perderse.
Versículo 10
El regreso de Cristo será inesperado, "como ladrón en la noche". En ese día, los cielos pasarán con grande estruendo (un sonido fuerte de destrucción), los elementos (los componentes básicos del universo) se desharán por el fuego, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas.
Versículos 11-12
Dado que todo será destruido, los creyentes deben vivir en santas y pías conversaciones (vida santa y en comunión con Dios), esperando y acelerando la venida del Señor. Los cielos serán encendidos (ardiendo en fuego) y los elementos abrasados (consumidos por el calor).
Versículo 13
Pero los cristianos esperan "cielos nuevos y tierra nueva", un mundo renovado donde habrá justicia (el gobierno perfecto de Dios).
Versículo 14
Por esta razón, los creyentes deben procurar con diligencia (esforzarse) para ser encontrados por Dios sin mácula (sin mancha de pecado), sin reprensión (sin culpa) y en paz con Él.
Versículos 15-16
Pedro menciona a Pablo, quien también ha hablado de estas cosas en sus epístolas (cartas). Sin embargo, algunos indoctos (personas sin conocimiento) e inconstantes (que no permanecen firmes en la verdad) tuercen (malinterpretan) estas enseñanzas, llevándose a sí mismos a la perdición (destrucción espiritual).
Versículo 17
Pedro advierte a los creyentes que no se dejen engañar por los abominables (personas que viven en maldad) y que no caigan de su firmeza (seguridad en la fe).
Versículo 18
Finalmente, Pedro anima a los creyentes a "crecer en la gracia y el conocimiento" de Jesús. La gloria (honra y alabanza) pertenece a Cristo para siempre.
Conclusión
Este pasaje enseña que aunque algunos duden del regreso de Cristo, Dios tiene un plan perfecto y su juicio vendrá en el momento correcto. Por lo tanto, los creyentes deben mantenerse firmes en la fe, viviendo en santidad y esperando con esperanza la nueva creación de Dios.
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