Este pasaje de Juan 13:31-35 nos da una profunda reflexión sobre la gloria de Dios y el amor como característica distintiva de los seguidores de Cristo. Aquí algunos puntos clave:
1. La glorificación de Jesús y de Dios (vs. 31-32)
Jesús declara que su muerte, resurrección y exaltación son momentos en los que Él y el Padre serán glorificados. Esto nos enseña que incluso en el sufrimiento y la aparente derrota, Dios puede manifestar su gloria. La cruz, aunque dolorosa, fue el mayor acto de amor y redención, mostrando el carácter glorioso de Dios.
Reflexión: ¿Cómo permitimos que Dios sea glorificado en nuestras vidas, incluso en medio de pruebas o desafíos?
2. Jesús prepara a sus discípulos para su partida (v. 33)
Jesús les avisa que pronto no estará físicamente con ellos. Esto puede simbolizar momentos en nuestra vida en los que sentimos que Dios está distante, pero nos recuerda que su plan sigue adelante y que Él no nos abandona.
Reflexión: ¿Estamos preparados para confiar en Dios, incluso cuando no vemos claramente su presencia?
3. El nuevo mandamiento: el amor (vs. 34-35)
Jesús introduce un mandamiento revolucionario: amar como Él ha amado. Este amor no es superficial, sino sacrificial, paciente, y que busca el bien del otro. Es un amor que refleja el carácter de Dios.
- Es nuevo por su ejemplo: Jesús no solo enseñó el amor, sino que lo vivió hasta la cruz.
- Es nuevo por su alcance: No es un amor limitado a amigos o familiares, sino a todos, incluyendo enemigos.
- Es un distintivo: El amor genuino será lo que hará evidente que somos discípulos de Cristo.
Reflexión: ¿Cómo estamos mostrando el amor de Cristo en nuestra vida diaria? ¿Pueden otros identificar que somos discípulos de Jesús por cómo tratamos a los demás?
Conclusión
Este pasaje nos desafía a glorificar a Dios en todo momento y a vivir un amor que refleje el sacrificio y la gracia de Jesús. Cuando amamos como Cristo, no solo obedecemos su mandamiento, sino que damos testimonio al mundo de quién es Dios.
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