Marcos
Capítulo 12
12:28 Acercándose uno de los
escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien,
le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
12:29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos
es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
12:30
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y
con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el
principal mandamiento.
12:31
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
12:32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es
Dios, y no hay otro fuera de él;
12:33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el
alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que
todos los holocaustos y sacrificios.
12:34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No
estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
12:35 Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo
dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
12:36
Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies.
12:37
David mismo le llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le oía de
buena gana.
12:38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los
escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las
plazas,
12:39
y las primeras sillas en las sinagogas, y los
primeros asientos en las cenas;
12:40
que devoran las casas de las viudas, y por pretexto
hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.
12:41 Estando Jesús sentado delante
del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y
muchos ricos echaban mucho.
12:42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.
12:43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De
cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en
el arca;
12:44
porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta,
de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
1ra. de Reyes
Capítulo 04
4:1 Reinó, pues, el rey Salomón sobre todo Israel.
4:2 Y estos fueron los jefes que tuvo: Azarías hijo del sacerdote Sadoc;
4:3 Elihoref y Ahías, hijos de Sisa, secretarios; Josafat hijo de Ahilud, canciller;
4:4 Benaía hijo de Joiada sobre el ejército; Sadoc y Abiatar, los sacerdotes;
4:5 Azarías hijo de Natán, sobre los gobernadores; Zabud hijo de Natán, ministro principal y amigo del rey;
4:6 Ahisar, mayordomo; y Adoniram hijo de Abda, sobre el tributo.
4:7 Tenía Salomón doce gobernadores sobre todo Israel, los cuales
mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a
abastecerlo por un mes en el año.
4:8 Y estos son los nombres de ellos: el hijo de Hur en el monte de Efraín;
4:9 el hijo de Decar en Macaz, en Saalbim, en Bet-semes, en Elón y en Bet-hanán;
4:10 el hijo de Hesed en Arubot; éste tenía también a Soco y toda la tierra de Hefer;
4:11 el hijo de Abinadab en todos los territorios de Dor; éste tenía por mujer a Tafat hija de Salomón;
4:12 Baana hijo de Ahilud en Taanac y Meguido, en toda Bet-seán, que
está cerca de Saretán, más abajo de Jezreel, desde Bet-seán hasta
Abel-mehola, y hasta el otro lado de Jocmeam;
4:13 el hijo de Geber en Ramot de Galaad; éste tenía también las
ciudades de Jair hijo de Manasés, las cuales estaban en Galaad; tenía
también la provincia de Argob que estaba en Basán, sesenta grandes
ciudades con muro y cerraduras de bronce;
4:14 Ahinadab hijo de Iddo en Mahanaim;
4:15 Ahimaas en Neftalí; éste tomó también por mujer a Basemat hija de Salomón.
4:16 Baana hijo de Husai, en Aser y en Alot;
4:17 Josafat hijo de Parúa, en Isacar;
4:18 Simei hijo de Ela, en Benjamín;
4:19 Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, la tierra de Sehón rey
de los amorreos y de Og rey de Basán; éste era el único gobernador en
aquella tierra.
4:20 Judá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y alegrándose.
4:21 Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos desde el Eufrates hasta
la tierra de los filisteos y el límite con Egipto; y traían presentes, y
sirvieron a Salomón todos los días que vivió.
4:22 Y la provisión de Salomón para cada día era de treinta coros de flor de harina, sesenta coros de harina,
4:23 diez bueyes gordos, veinte bueyes de pasto y cien ovejas; sin los ciervos, gacelas, corzos y aves gordas.
4:24 Porque él señoreaba en toda la región al oeste del Eufrates, desde
Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes al oeste del Eufrates; y tuvo
paz por todos lados alrededor.
4:25 Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su parra y
debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de
Salomón.
4:26 Además de esto, Salomón tenía cuarenta mil caballos en sus caballerizas para sus carros, y doce mil jinetes.
4:27 Y estos gobernadores mantenían al rey Salomón, y a todos los que a
la mesa del rey Salomón venían, cada uno un mes, y hacían que nada
faltase.
4:28 Hacían también traer cebada y paja para los caballos y para las
bestias de carga, al lugar donde él estaba, cada uno conforme al turno
que tenía.
4:29 Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar.
4:30 Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios.
4:31 Aun fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta, y
que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas
las naciones de alrededor.
4:32 Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco.
4:33 También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta
el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales,
sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces.
4:34 Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de
todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su
sabiduría.
2da.
de Reyes
Capítulo 05
5:1 Naamán, general del ejército del
rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta
estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era
este hombre valeroso en extremo, pero leproso.
5:2 Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de
la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de
Naamán.
5:3 Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra.
5:4 Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel.
5:5 Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de
Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y
seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos.
5:6 Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando
lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo
Naamán, para que lo sanes de su lepra.
5:7 Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y
dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que
sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión
contra mí.
5:8 Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había
rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus
vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.
5:9 Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo.
5:10 Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Vé y lávate siete
veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.
5:11 Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá
él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y
alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra.
5:12 Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las
aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se
volvió, y se fue enojado.
5:13 Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío,
si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más,
diciéndote: Lávate, y serás limpio?
5:14 El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán,
conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la
carne de un niño, y quedó limpio.
5:15 Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante
de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra,
sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo.
5:16 Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo
aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso.
5:17 Entonces Naamán dijo: Te ruego, pues, ¿de esta tierra no se dará a
tu siervo la carga de un par de mulas? Porque de aquí en adelante tu
siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses,
sino a Jehová.
5:18 En esto perdone Jehová a tu siervo: que cuando mi señor el rey
entrare en el templo de Rimón para adorar en él, y se apoyare sobre mi
brazo, si yo también me inclinare en el templo de Rimón; cuando haga
tal, Jehová perdone en esto a tu siervo.
5:19 Y él le dijo: Ve en paz. Se fue, pues, y caminó como media legua de tierra.
5:20 Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí:
He aquí mi señor estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las
cosas que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él y tomaré de
él alguna cosa.
5:21 Y siguió Giezi a Naamán; y cuando vio Naamán que venía corriendo
tras él, se bajó del carro para recibirle, y dijo: ¿Va todo bien?
5:22 Y él dijo: Bien. Mi señor me envía a decirte: He aquí vinieron a mí
en esta hora del monte de Efraín dos jóvenes de los hijos de los
profetas; te ruego que les des un talento de plata, y dos vestidos
nuevos.
5:23 Dijo Naamán: Te ruego que tomes dos talentos. Y le insistió, y ató
dos talentos de plata en dos bolsas, y dos vestidos nuevos, y lo puso
todo a cuestas a dos de sus criados para que lo llevasen delante de él.
5:24 Y así que llegó a un lugar secreto, él lo tomó de mano de ellos, y
lo guardó en la casa; luego mandó a los hombres que se fuesen.
5:25 Y él entró, y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De
dónde vienes, Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha ido a ninguna parte.
5:26 El entonces le dijo: ¿No estaba también allí mi corazón, cuando el
hombre volvió de su carro a recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de
tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?
5:27 Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia
para siempre. Y salió de delante de él leproso, blanco como la nieve.
Oseas
Capítulo 07
7:1 Mientras curaba yo a Israel, se descubrió
la iniquidad de Efraín, y las maldades de Samaria; porque hicieron engaño; y
entra el ladrón, y el salteador despoja por fuera.
7:2 Y no consideran en su corazón que tengo en memoria toda su maldad; ahora
les rodearán sus obras; delante de mí están.
7:3 Con su maldad alegran al rey, y a los príncipes con sus mentiras.
7:4 Todos ellos son adúlteros; son como horno encendido por el hornero, que
cesa de avivar el fuego después que está hecha la masa, hasta que se haya
leudado.
7:5 En el día de nuestro rey los príncipes lo hicieron enfermar con copas de
vino; extendió su mano con los escarnecedores.
7:6 Aplicaron su corazón, semejante a un horno, a sus artificios; toda la noche
duerme su hornero; a la mañana está encendido como llama de fuego.
7:7 Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus
reyes; no hay entre ellos quien a mí clame.
7:8 Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín fue torta no volteada.
7:9 Devoraron extraños su fuerza, y él no lo supo; y aun canas le han cubierto,
y él no lo supo.
7:10 Y la soberbia de Israel testificará contra él en su cara; y no se
volvieron a Jehová su Dios, ni lo buscaron con todo esto.
7:11 Efraín fue como paloma incauta, sin entendimiento; llamarán a Egipto,
acudirán a Asiria.
7:12 Cuando fueren, tenderé sobre ellos mi red; les haré caer como aves del
cielo; les castigaré conforme a lo que se ha anunciado en sus congregaciones.
7:13 ¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos,
porque contra mí se rebelaron; yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra
mí.
7:14 Y no clamaron a mí con su corazón cuando gritaban sobre sus camas; para
el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron contra mí.
7:15 Y aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal.
7:16 Volvieron, pero no al Altísimo; fueron como arco engañoso; cayeron sus príncipes
a espada por la soberbia de su lengua; esto será su escarnio en la tierra de
Egipto.
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