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miércoles, 9 de agosto de 2023
LECTURA 09 DE AGOSTO
2da. a los Corintios
Capítulo
10
10:1 Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo
que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy
osado para con vosotros;
10:2 ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía
con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen
como si anduviésemos según la carne.
10:3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en
Dios para la destrucción de fortalezas,
10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento
de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,
10:6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra
obediencia sea perfecta.
10:7 Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí
mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de
Cristo, así también nosotros somos de Cristo.
10:8 Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el
Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me
avergonzaré;
10:9 para que no parezca como que os quiero amedrentar por cartas.
10:10 Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la
presencia corporal débil, y la palabra menospreciable.
10:11 Esto tenga en cuenta tal persona, que así como somos en la palabra por
cartas, estando ausentes, lo seremos también en hechos, estando
presentes.
10:12 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se
alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y
comparándose consigo mismos, no son juiciosos.
10:13 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla
que Dios nos ha dado por medida, para llegar también hasta vosotros.
10:14 Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros,
pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de
Cristo.
10:15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos
que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros,
conforme a nuestra regla;
10:16 y que anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin
entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado.
10:17 Mas el que se gloría, gloríese en el Señor;
10:18 porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios
alaba.
2da. de Reyes
Capítulo
23
23:35 Y Joacim pagó a Faraón la plata y el oro; mas hizo avaluar la tierra para
dar el dinero conforme al mandamiento de Faraón, sacando la plata y el oro del
pueblo de la tierra, de cada uno según la estimación de su hacienda, para darlo
a Faraón Necao.
23:36 De veinticinco años era Joacim cuando comenzó a reinar, y once años reinó
en Jerusalén. El nombre de su madre fue Zebuda hija de Pedaías, de Ruma.
23:37 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que
sus padres habían hecho.
2da. de Reyes
Capítulo
24
24:1 En su tiempo subió en campaña Nabucodonosor rey de Babilonia.
Joacim vino a ser su siervo por tres años, pero luego volvió y se rebeló contra
él.
24:2 Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios,
tropas de moabitas y tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que
la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus
siervos los profetas.
24:3 Ciertamente vino esto contra Judá por mandato de Jehová, para quitarla de
su presencia, por los pecados de Manasés, y por todo lo que él hizo;
24:4 asimismo por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de
sangre inocente; Jehová, por tanto, no quiso perdonar.
24:5 Los demás hechos de Joacim, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de Judá?
24:6 Y durmió Joacim con sus padres, y reinó en su lugar Joaquín su hijo.
24:7 Y nunca más el rey de Egipto salió de su tierra; porque el rey de
Babilonia le tomó todo lo que era suyo desde el río de Egipto hasta el río
Eufrates.
24:8 De dieciocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó en
Jerusalén tres meses. El nombre de su madre fue Nehusta hija de Elnatán, de
Jerusalén.
24:9 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que
había hecho su padre.
24:10 En aquel tiempo subieron contra Jerusalén los siervos de Nabucodonosor
rey de Babilonia, y la ciudad fue sitiada.
24:11 Vino también Nabucodonosor rey de Babilonia contra la ciudad, cuando sus
siervos la tenían sitiada.
24:12 Entonces salió Joaquín rey de Judá al rey de Babilonia, él y su madre,
sus siervos, sus príncipes y sus oficiales; y lo prendió el rey de Babilonia en
el octavo año de su reinado.
24:13 Y sacó de allí todos los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de
la casa real, y rompió en pedazos todos los utensilios de oro que había hecho
Salomón rey de Israel en la casa de Jehová, como Jehová había dicho.
24:14 Y llevó en cautiverio a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos
los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros;
no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra.
24:15 Asimismo llevó cautivos a Babilonia a Joaquín, a la madre del rey, a las
mujeres del rey, a sus oficiales y a los poderosos de la tierra; cautivos los
llevó de Jerusalén a Babilonia.
24:16 A todos los hombres de guerra, que fueron siete mil, y a los artesanos y
herreros, que fueron mil, y a todos los valientes para hacer la guerra, llevó
cautivos el rey de Babilonia.
24:17 Y el rey de Babilonia puso por rey en lugar de Joaquín a Matanías su tío,
y le cambió el nombre por el de Sedequías.
24:18 De veintiún años era Sedequías cuando comenzó a reinar, y reinó en
Jerusalén once años. El nombre de su madre fue Hamutal hija de Jeremías, de
Libna.
24:19 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todo lo que había
hecho Joacim.
24:20 Vino, pues, la ira de Jehová contra Jerusalén y Judá, hasta que los echó
de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.
Habacuc
Capítulo
01
1:1 La profecía que vio el profeta Habacuc.
1:2 ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de
la violencia, y no salvarás?
1:3 ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y
violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan.
1:4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por
cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.
1:5 Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en
vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.
1:6 Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que
camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas.
1:7 Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su
dignidad.
1:8 Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos
nocturnos, y sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus jinetes, y
volarán como águilas que se apresuran a devorar.
1:9 Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante de ella, y recogerá
cautivos como arena.
1:10 Escarnecerá a los reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de toda
fortaleza, y levantará terraplén y la tomará.
1:11 Luego pasará como el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios.
1:12 ¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No
moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para
castigar.
1:13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por
qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo
que él,
1:14 y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no
tienen quien los gobierne?
1:15 Sacará a todos con anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus
mallas; por lo cual se alegrará y se regocijará.
1:16 Por esto hará sacrificios a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas;
porque con ellas engordó su porción, y engrasó su comida.
1:17 ¿Vaciará por eso su red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones
continuamente?
martes, 8 de agosto de 2023
LECTURA 08 DE AGOSTO
2da. a los Corintios
Capítulo 09
9:1 Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo
os escriba;
9:2 pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de
Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha
estimulado a la mayoría.
9:3 Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no
sea vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis preparados;
9:4 no sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos,
nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza.
9:5 Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a
vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que
esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra.
9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y
el que siembra generosamente, generosamente también segará.
9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad,
porque Dios ama al dador alegre.
9:8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de
que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda
buena obra;
9:9 como está escrito:
Repartió, dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre.
9:10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y
multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra
justicia,
9:11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual
produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.
9:12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los
santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a
Dios;
9:13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la
obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de
vuestra contribución para ellos y para todos;
9:14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la
superabundante gracia de Dios en vosotros.
9:15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!
2da. de Reyes
Capítulo 22
22:1 Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en
Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre fue Jedida hija de Adaía, de
Boscat.
22:2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de
David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda.
22:3 A los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán hijo de Azalía,
hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová, diciendo:
22:4 Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a
la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la
puerta,
22:5 y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen a su cargo
el arreglo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de
la casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa;
22:6 a los carpinteros, maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de
cantería para reparar la casa;
22:7 y que no se les tome cuenta del dinero cuyo manejo se les confiare, porque
ellos proceden con honradez.
22:8 Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el
libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo
leyó.
22:9 Viniendo luego el escriba Safán al rey, dio cuenta al rey y dijo: Tus
siervos han recogido el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en
poder de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de
Jehová.
22:10 Asimismo el escriba Safán declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías
me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey.
22:11 Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus
vestidos.
22:12 Luego el rey dio orden al sacerdote Hilcías, a Ahicam hijo de Safán, a
Acbor hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías siervo del rey,
diciendo:
22:13 Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca
de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de
Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no
escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos
fue escrito.
22:14 Entonces fueron el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías, a
la profetisa Hulda, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las
vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de la ciudad, y
hablaron con ella.
22:15 Y ella les dijo: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Decid al varón
que os envió a mí:
22:16 Así dijo Jehová: He aquí yo traigo sobre este lugar, y sobre los que en
él moran, todo el mal de que habla este libro que ha leído el rey de
Judá;
22:17 por cuanto me dejaron a mí, y quemaron incienso a dioses ajenos,
provocándome a ira con toda la obra de sus manos; mi ira se ha encendido contra
este lugar, y no se apagará.
22:18 Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová,
diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las
palabras del libro,
22:19 y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando
oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que
vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi
presencia, también yo te he oído, dice Jehová.
22:20 Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y serás llevado a tu
sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este
lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta.
2da. de Reyes
Capítulo 23
23:1 Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de
Judá y de Jerusalén.
23:2 Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con
todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el
pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas
las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de
Jehová.
23:3 Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de
Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus
testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que
cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo
el pueblo confirmó el pacto.
23:4 Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de
segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de
Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, para Asera y para
todo el ejército de los cielos; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo del
Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el.
23:5 Y quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá
para que quemasen incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá, y en
los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al
sol y a la luna, y a los signos del zodíaco, y a todo el ejército de los
cielos.
23:6 Hizo también sacar la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de
Jerusalén, al valle del Cedrón, y la quemó en el valle del Cedrón, y la
convirtió en polvo, y echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del
pueblo.
23:7 Además derribó los lugares de prostitución idolátrica que estaban en la
casa de Jehová, en los cuales tejían las mujeres tiendas para Asera.
23:8 E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los
lugares altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta
Beerseba; y derribó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la
puerta de Josué, gobernador de la ciudad, que estaban a la mano izquierda, a la
puerta de la ciudad.
23:9 Pero los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar de Jehová en
Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos.
23:10 Asimismo profanó a Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para
que ninguno pasase su hijo o su hija por fuego a Moloc.
23:11 Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a
la entrada del templo de Jehová, junto a la cámara de Natán-melec eunuco, el
cual tenía a su cargo los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol.
23:12 Derribó además el rey los altares que estaban sobre la azotea de la sala
de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que había hecho
Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová; y de allí corrió y arrojó el
polvo al arroyo del Cedrón.
23:13 Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de
Jerusalén, a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón
rey de Israel había edificado a Astoret ídolo abominable de los sidonios, a
Quemos ídolo abominable de Moab, y a Milcom ídolo abominable de los hijos de
Amón.
23:14 Y quebró las estatuas, y derribó las imágenes de Asera, y llenó el lugar
de ellos de huesos de hombres.
23:15 Igualmente el altar que estaba en Bet-el, y el lugar alto que había hecho
Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; aquel altar y el lugar alto
destruyó, y lo quemó, y lo hizo polvo, y puso fuego a la imagen de Asera.
23:16 Y se volvió Josías, y viendo los sepulcros que estaban allí en el monte,
envió y sacó los huesos de los sepulcros, y los quemó sobre el altar para
contaminarlo, conforme a la palabra de Jehová que había profetizado el varón de
Dios, el cual había anunciado esto.
23:17 Después dijo: ¿Qué monumento es este que veo? Y los de la ciudad le
respondieron: Este es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, y
profetizó estas cosas que tú has hecho sobre el altar de Bet-el.
23:18 Y él dijo: Dejadlo; ninguno mueva sus huesos; y así fueron preservados
sus huesos, y los huesos del profeta que había venido de Samaria.
23:19 Y todas las casas de los lugares altos que estaban en las ciudades de
Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira, las
quitó también Josías, e hizo de ellas como había hecho en Bet-el.
23:20 Mató además sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos
que allí estaban, y quemó sobre ellos huesos de hombres, y volvió a
Jerusalén.
23:21 Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a
Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este
pacto.
23:22 No había sido hecha tal pascua desde los tiempos en que los jueces
gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel y de los
reyes de Judá.
23:23 A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua a Jehová en
Jerusalén.
23:24 Asimismo barrió Josías a los encantadores, adivinos y terafines, y todas
las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para
cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el
sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová.
23:25 No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su
corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de
Moisés; ni después de él nació otro igual.
23:26 Con todo eso, Jehová no desistió del ardor con que su gran ira se había
encendido contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había
irritado.
23:27 Y dijo Jehová: También quitaré de mi presencia a Judá, como quité a
Israel, y desecharé a esta ciudad que había escogido, a Jerusalén, y a la casa
de la cual había yo dicho: Mi nombre estará allí.
23:28 Los demás hechos de Josías, y todo lo que hizo, ¿no está todo escrito en
el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
23:29 En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria
al río Eufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquél, así que le vio,
lo mató en Meguido.
23:30 Y sus siervos lo pusieron en un carro, y lo trajeron muerto de Meguido a
Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó
a Joacaz hijo de Josías, y lo ungieron y lo pusieron por rey en lugar de su
padre.
23:31 De veintitrés años era Joacaz cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses
en Jerusalén. El nombre de su madre fue Hamutal hija de Jeremías, de
Libna.
23:32 Y él hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que
sus padres habían hecho.
23:33 Y lo puso preso Faraón Necao en Ribla en la provincia de Hamat, para que
no reinase en Jerusalén; e impuso sobre la tierra una multa de cien talentos de
plata, y uno de oro.
23:34 Entonces Faraón Necao puso por rey a Eliaquim hijo de Josías, en lugar de
Josías su padre, y le cambió el nombre
Nahúm
Capítulo 03
3:1 ¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de
rapiña, sin apartarte del pillaje!
3:2 Chasquido de látigo, y fragor de ruedas, caballo atropellador, y carro que
salta;
3:3 jinete enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud
de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus cadáveres
tropezarán,
3:4 a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia,
maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los
pueblos con sus hechizos.
3:5 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas
en tu rostro, y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu
vergüenza.
3:6 Y echaré sobre ti inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como estiércol.
3:7 Todos los que te vieren se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada;
¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?
3:8 ¿Eres tú mejor que Tebas, que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de
aguas, cuyo baluarte era el mar, y aguas por muro?
3:9 Etiopía era su fortaleza, también Egipto, y eso sin límite; Fut y Libia
fueron sus ayudadores.
3:10 Sin embargo ella fue llevada en cautiverio; también sus pequeños fueron
estrellados en las encrucijadas de todas las calles, y sobre sus varones
echaron suertes, y todos sus grandes fueron aprisionados con grillos.
3:11 Tú también serás embriagada, y serás encerrada; tú también buscarás
refugio a causa del enemigo.
3:12 Todas tus fortalezas serán cual higueras con brevas, que si las sacuden,
caen en la boca del que las ha de comer.
3:13 He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu
tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego consumirá tus
cerrojos.
3:14 Provéete de agua para el asedio, refuerza tus fortalezas; entra en el
lodo, pisa el barro, refuerza el horno.
3:15 Allí te consumirá el fuego, te talará la espada, te devorará como pulgón;
multiplícate como langosta, multiplícate como el langostón.
3:16 Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo; la langosta
hizo presa, y voló.
3:17 Tus príncipes serán como langostas, y tus grandes como nubes de langostas
que se sientan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se conoce
el lugar donde están.
3:18 Durmieron tus pastores, oh rey de Asiria, reposaron tus valientes; tu
pueblo se derramó por los montes, y no hay quien lo junte.
3:19 No hay medicina para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que
oigan tu fama batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó
continuamente tu maldad?
lunes, 7 de agosto de 2023
LECTURA 07 DE AGOSTO
2da. a los Corintios
Capítulo
08
8:1
Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las
iglesias de Macedonia;
8:2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda
pobreza abundaron en riquezas de su generosidad.
8:3 Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y
aun más allá de sus fuerzas,
8:4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de
participar en este servicio para los santos.
8:5 Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al
Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios;
8:6 de manera que exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo
acabe también entre vosotros esta obra de gracia.
8:7 Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda
solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia.
8:8 No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la
diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro.
8:9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a
vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos.
8:10 Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que
comenzasteis antes, no sólo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año
pasado.
8:11 Ahora, pues, llevad también a cabo el hacerlo, para que como estuvisteis
prontos a querer, así también lo estéis en cumplir conforme a lo que
tengáis.
8:12 Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno
tiene, no según lo que no tiene.
8:13 Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros
estrechez,
8:14 sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la
escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad
vuestra, para que haya igualdad,
8:15 como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no
tuvo menos.
8:16 Pero gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud por
vosotros.
8:17 Pues a la verdad recibió la exhortación; pero estando también muy
solícito, por su propia voluntad partió para ir a vosotros.
8:18 Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza en el evangelio se
oye por todas las iglesias;
8:19 y no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias como
compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es
administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra
buena voluntad;
8:20 evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que
administramos,
8:21 procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino
también delante de los hombres.
8:22 Enviamos también con ellos a nuestro hermano, cuya diligencia hemos
comprobado repetidas veces en muchas cosas, y ahora mucho más diligente por la
mucha confianza que tiene en vosotros.
8:23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en
cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, y gloria de
Cristo.
8:24 Mostrad, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de vuestro amor,
y de nuestro gloriarnos respecto de vosotros.
2da. de Reyes
Capítulo
20
20:1 En
aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías
hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no
vivirás.
20:2 Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo:
20:3 Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante
de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan.
Y lloró Ezequías con gran lloro.
20:4 Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de
Jehová a Isaías, diciendo:
20:5 Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios
de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que
yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.
20:6 Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de
mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor
a David mi siervo.
20:7 Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la
llaga, y sanó.
20:8 Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me
sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día?
20:9 Respondió Isaías: Esta señal tendrás de Jehová, de que hará Jehová esto
que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados?
20:10 Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados;
pero no que la sombra vuelva atrás diez grados.
20:11 Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por
los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.
20:12 En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió
mensajeros con cartas y presentes a Ezequías, porque había oído que Ezequías
había caído enfermo.
20:13 Y Ezequías los oyó, y les mostró toda la casa de sus tesoros, plata, oro,
y especias, y ungüentos preciosos, y la casa de sus armas, y todo lo que había
en sus tesoros; ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrase, así en su casa
como en todos sus dominios.
20:14 Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dijeron
aquellos varones, y de dónde vinieron a ti? Y Ezequías le respondió: De lejanas
tierras han venido, de Babilonia.
20:15 Y él le volvió a decir: ¿Qué vieron en tu casa? Y Ezequías respondió:
Vieron todo lo que había en mi casa; nada quedó en mis tesoros que no les
mostrase.
20:16 Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye palabra de Jehová:
20:17 He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus
padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo
Jehová.
20:18 Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán
eunucos en el palacio del rey de Babilonia.
20:19 Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es
buena. Después dijo: Habrá al menos paz y seguridad en mis días.
20:20 Los demás hechos de Ezequías, y todo su poderío, y cómo hizo el estanque
y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no está escrito en el libro de
las crónicas de los reyes de Judá?
20:21 Y durmió Ezequías con sus padres, y reinó en su lugar Manasés su hijo.
2da. de Reyes
Capítulo
21
21:1 De
doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y
cinco años; el nombre de su madre fue Hepsiba.
21:2 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, según las abominaciones de las
naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.
21:3 Porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había
derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había
hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió
culto a aquellas cosas.
21:4 Asimismo edificó altares en la casa de Jehová, de la cual Jehová había
dicho: Yo pondré mi nombre en Jerusalén.
21:5 Y edificó altares para todo el ejército de los cielos en los dos atrios de
la casa de Jehová.
21:6 Y pasó a su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue
agorero, e instituyó encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo
malo ante los ojos de Jehová, para provocarlo a ira.
21:7 Y puso una imagen de Asera que él había hecho, en la casa de la cual
Jehová había dicho a David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre para
siempre en esta casa, y en Jerusalén, a la cual escogí de todas las tribus de
Israel;
21:8 y no volveré a hacer que el pie de Israel sea movido de la tierra que di a
sus padres, con tal que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les
he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les mandó.
21:9 Mas ellos no escucharon; y Manasés los indujo a que hiciesen más mal que
las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel.
21:10 Habló, pues, Jehová por medio de sus siervos los profetas,
diciendo:
21:11 Por cuanto Manasés rey de Judá ha hecho estas abominaciones, y ha hecho
más mal que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes de él, y también
ha hecho pecar a Judá con sus ídolos;
21:12 por tanto, así ha dicho Jehová el Dios de Israel: He aquí yo traigo tal
mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán ambos
oídos.
21:13 Y extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa
de Acab; y limpiaré a Jerusalén como se limpia un plato, que se friega y se
vuelve boca abajo.
21:14 Y desampararé el resto de mi heredad, y lo entregaré en manos de sus
enemigos; y serán para presa y despojo de todos sus adversarios;
21:15 por cuanto han hecho lo malo ante mis ojos, y me han provocado a ira,
desde el día que sus padres salieron de Egipto hasta hoy.
21:16 Fuera de esto, derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera,
hasta llenar a Jerusalén de extremo a extremo; además de su pecado con que hizo
pecar a Judá, para que hiciese lo malo ante los ojos de Jehová.
21:17 Los demás hechos de Manasés, y todo lo que hizo, y el pecado que cometió,
¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
21:18 Y durmió Manasés con sus padres, y fue sepultado en el huerto de su casa,
en el huerto de Uza, y reinó en su lugar Amón su hijo.
21:19 De veintidós años era Amón cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en
Jerusalén. El nombre de su madre fue Mesulemet hija de Haruz, de Jotba.
21:20 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su
padre.
21:21 Y anduvo en todos los caminos en que su padre anduvo, y sirvió a los
ídolos a los cuales había servido su padre, y los adoró;
21:22 y dejó a Jehová el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino de
Jehová.
21:23 Y los siervos de Amón conspiraron contra él, y mataron al rey en su
casa.
21:24 Entonces el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado
contra el rey Amón; y puso el pueblo de la tierra por rey en su lugar a Josías
su hijo.
21:25 Los demás hechos de Amón, ¿no están todos escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá?
21:26 Y fue sepultado en su sepulcro en el huerto de Uza, y reinó en su lugar
Josías su hijo.
Nahúm
Capítulo 02
2:1 Subió destruidor contra
ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu
poder.
2:2 Porque Jehová restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel;
porque saqueadores los saquearon, y estropearon sus mugrones.
2:3 El escudo de sus valientes estará enrojecido, los varones de su ejército
vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas; el día que se prepare,
temblarán las hayas.
2:4 Los carros se precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las
calles; su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como
relámpagos.
2:5 Se acordará él de sus valientes; se atropellarán en su marcha; se
apresurarán a su muro, y la defensa se preparará.
2:6 Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido.
2:7 Y la reina será cautiva; mandarán que suba, y sus criadas la llevarán
gimiendo como palomas, golpeándose sus pechos.
2:8 Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen.
Dicen: ¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira.
2:9 Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de
toda clase de efectos codiciables.
2:10 Vacía, agotada y desolada está, y el corazón desfallecido; temblor de
rodillas, dolor en las entrañas, rostros demudados.
2:11 ¿Qué es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de
los leones, donde se recogía el león y la leona, y los cachorros del león, y no
había quien los espantase?
2:12 El león arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus
leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas.
2:13 Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a
humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y cortaré de la tierra tu
robo, y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros.
domingo, 6 de agosto de 2023
LECTURA DIA 06 DE AGOSTO
2da. a los Corintios
Capítulo 06
6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas?
6:15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el
incrédulo?
6:16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros
sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.
6:17 Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
6:18 Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
2da. a los Corintios
Capítulo 07
7:1
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de
Dios.
7:2 Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie
hemos engañado.
7:3 No lo digo para condenaros; pues ya he dicho antes que estáis en nuestro
corazón, para morir y para vivir juntamente.
7:4 Mucha franqueza tengo con vosotros; mucho me glorío con respecto de
vosotros; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras
tribulaciones.
7:5 Porque de cierto, cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro
cuerpo, sino que en todo fuimos atribulados; de fuera, conflictos; de dentro,
temores.
7:6 Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de
Tito;
7:7 y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él había
sido consolado en cuanto a vosotros, haciéndonos saber vuestro gran afecto,
vuestro llanto, vuestra solicitud por mí, de manera que me regocijé aun
más.
7:8 Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa, aunque entonces lo
lamenté; porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo, os
contristó.
7:9 Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis
contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios,
para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte.
7:10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para
salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce
muerte.
7:11 Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios,
¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor,
qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado
limpios en el asunto.
7:12 Así que, aunque os escribí, no fue por causa del que cometió el agravio,
ni por causa del que lo padeció, sino para que se os hiciese manifiesta nuestra
solicitud que tenemos por vosotros delante de Dios.
7:13 Por esto hemos sido consolados en vuestra consolación; pero mucho más nos
gozamos por el gozo de Tito, que haya sido confortado su espíritu por todos
vosotros.
7:14 Pues si de algo me he gloriado con él respecto de vosotros, no he sido
avergonzado, sino que así como en todo os hemos hablado con verdad, también
nuestro gloriarnos con Tito resultó verdad.
7:15 Y su cariño para con vosotros es aun más abundante, cuando se acuerda de
la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y
temblor.
7:16 Me gozo de que en todo tengo confianza en vosotros.
2da.
de Reyes
Capítulo
19
19:1 Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió
de cilicio, y entró en la casa de Jehová.
19:2 Y envió a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los
sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz,
19:3 para que le dijesen: Así ha dicho Ezequías: Este día es día de angustia,
de reprensión y de blasfemia; porque los hijos están a punto de nacer, y la que
da a luz no tiene fuerzas.
19:4 Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras del Rabsaces, a quien el rey
de los asirios su señor ha enviado para blasfemar al Dios viviente, y para
vituperar con palabras, las cuales Jehová tu Dios ha oído; por tanto, eleva
oración por el remanente que aún queda.
19:5 Vinieron, pues, los siervos del rey Ezequías a Isaías.
19:6 E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho Jehová:
No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los
siervos del rey de Asiria.
19:7 He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volverá a su tierra;
y haré que en su tierra caiga a espada.
19:8 Y regresando el Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo contra Libna;
porque oyó que se había ido de Laquis.
19:9 Y oyó decir que Tirhaca rey de Etiopía había salido para hacerle guerra.
Entonces volvió él y envió embajadores a Ezequías, diciendo:
19:10 Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú
confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del rey de
Asiria.
19:11 He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las
tierras, destruyéndolas; ¿y escaparás tú?
19:12 ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que mis padres destruyeron,
esto es, Gozán, Harán, Resef, y los hijos de Edén que estaban en Telasar?
19:13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de
Sefarvaim, de Hena y de Iva?
19:14 Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores; y después que las
hubo leído, subió a la casa de Jehová, y las extendió Ezequías delante de
Jehová.
19:15 Y oró Ezequías delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que
moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra;
tú hiciste el cielo y la tierra.
19:16 Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y
oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios
viviente.
19:17 Es verdad, oh Jehová, que los reyes de Asiria han destruido las naciones
y sus tierras;
19:18 y que echaron al fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses,
sino obra de manos de hombres, madera o piedra, y por eso los
destruyeron.
19:19 Ahora, pues, oh Jehová Dios nuestro, sálvanos, te ruego, de su mano, para
que sepan todos los reinos de la tierra que sólo tú, Jehová, eres Dios.
19:20 Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha dicho
Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria,
he oído.
19:21 Esta es la palabra que Jehová ha pronunciado acerca de él: La virgen hija
de Sion te menosprecia, te escarnece; detrás de ti mueve su cabeza la hija de
Jerusalén.
19:22 ¿A quién has vituperado y blasfemado? ¿y contra quién has alzado la voz,
y levantado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel.
19:23 Por mano de tus mensajeros has vituperado a Jehová, y has dicho: Con la
multitud de mis carros he subido a las alturas de los montes, a lo más
inaccesible del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses más escogidos;
me alojaré en sus más remotos lugares, en el bosque de sus feraces
campos.
19:24 Yo he cavado y bebido las aguas extrañas, he secado con las plantas de
mis pies todos los ríos de Egipto.
19:25 ¿Nunca has oído que desde tiempos antiguos yo lo hice, y que desde los
días de la antigüedad lo tengo ideado? Y ahora lo he hecho venir, y tú serás
para hacer desolaciones, para reducir las ciudades fortificadas a montones de
escombros.
19:26 Sus moradores fueron de corto poder; fueron acobardados y confundidos;
vinieron a ser como la hierba del campo, y como hortaliza verde, como heno de
los terrados, marchitado antes de su madurez.
19:27 He conocido tu situación, tu salida y tu entrada, y tu furor contra
mí.
19:28 Por cuanto te has airado contra mí, por cuanto tu arrogancia ha subido a
mis oídos, yo pondré mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré
volver por el camino por donde viniste.
19:29 Y esto te daré por señal, oh Ezequías: Este año comeréis lo que nacerá de
suyo, y el segundo año lo que nacerá de suyo; y el tercer año sembraréis, y
segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis el fruto de ellas.
19:30 Y lo que hubiere escapado, lo que hubiere quedado de la casa de Judá,
volverá a echar raíces abajo, y llevará fruto arriba.
19:31 Porque saldrá de Jerusalén remanente, y del monte de Sion los que se
salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
19:32 Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta
ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni
levantará contra ella baluarte.
19:33 Por el mismo camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice
Jehová.
19:34 Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por
amor a David mi siervo.
19:35 Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en
el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se
levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
19:36 Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se
quedó.
19:37 Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc su dios,
Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a tierra de
Ararat. Y reinó en su lugar Esarhadón su hijo.
Nahúm
Capítulo
01
1:1 Profecía sobre Nínive. Libro de la visión de Nahum de
Elcos.
1:2 Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de
indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus
enemigos.
1:3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al
culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el
polvo de sus pies.
1:4 El amenaza al mar, y lo hace secar, y angosta todos los ríos; Basán fue
destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida.
1:5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se
conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.
1:6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor
de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas.
1:7 Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en
él confían.
1:8 Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas
perseguirán a sus enemigos.
1:9 ¿Qué pensáis contra Jehová? El hará consumación; no tomará venganza dos
veces de sus enemigos.
1:10 Aunque sean como espinos entretejidos, y estén empapados en su embriaguez,
serán consumidos como hojarasca completamente seca.
1:11 De ti salió el que imaginó mal contra Jehová, un consejero perverso.
1:12 Así ha dicho Jehová: Aunque reposo tengan, y sean tantos, aun así serán
talados, y él pasará. Bastante te he afligido; no te afligiré ya más.
1:13 Porque ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas.
1:14 Mas acerca de ti mandará Jehová, que no quede ni memoria de tu nombre; de
la casa de tu dios destruiré escultura y estatua de fundición; allí pondré tu
sepulcro, porque fuiste vil.
1:15 He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que
anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca
más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo.
sábado, 5 de agosto de 2023
LECTURA 05 agosto
2da.
a los Corintios
Capítulo
05
5:11 Conociendo,
pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es
manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras
conciencias.
5:12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de
gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían
en las apariencias y no en el corazón.
5:13 Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para
vosotros.
5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió
por todos, luego todos murieron;
5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos.
5:16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la
carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos
así.
5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
5:18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en
cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación.
5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por
medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.
2da.
a los Corintios
Capítulo
06
6:1 Así, pues,
nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en
vano la gracia de Dios.
6:2 Porque dice:
En tiempo aceptable te he oído,
Y en día de salvación te he socorrido.
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
6:3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio
no sea vituperado;
6:4 antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha
paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;
6:5 en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en
ayunos;
6:6 en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en
amor sincero,
6:7 en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a
siniestra;
6:8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores,
pero veraces;
6:9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí
vivimos; como castigados, mas no muertos;
6:10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a
muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
6:11 Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha
ensanchado.
6:12 No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio
corazón.
6:13 Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos
también vosotros
2da. de Reyes
Capítulo 18
18:1 En
el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías
hijo de Acaz rey de Judá.
18:2 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén
veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías.
18:3 Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que
había hecho David su padre.
18:4 El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de
Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque
hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó
Nehustán.
18:5 En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo
otro como él entre todos los reyes de Judá.
18:6 Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los
mandamientos que Jehová prescribió a Moisés.
18:7 Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló
contra el rey de Asiria, y no le sirvió.
18:8 Hirió también a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres
de las atalayas hasta la ciudad fortificada.
18:9 En el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de
Ela, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la
sitió,
18:10 y la tomaron al cabo de tres años. En el año sexto de Ezequías, el cual
era el año noveno de Oseas rey de Israel, fue tomada Samaria.
18:11 Y el rey de Asiria llevó cautivo a Israel a Asiria, y los puso en Halah,
en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos;
18:12 por cuanto no habían atendido a la voz de Jehová su Dios, sino que habían
quebrantado su pacto; y todas las cosas que Moisés siervo de Jehová había
mandado, no las habían escuchado, ni puesto por obra.
18:13 A los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de Asiria
contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó.
18:14 Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria que estaba
en Laquis: Yo he pecado; apártate de mí, y haré todo lo que me impongas. Y el
rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y
treinta talentos de oro.
18:15 Dio, por tanto, Ezequías toda la plata que fue hallada en la casa de
Jehová, y en los tesoros de la casa real.
18:16 Entonces Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y de
los quiciales que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey
de Asiria.
18:17 Después el rey de Asiria envió contra el rey Ezequías al Tartán, al
Rabsaris y al Rabsaces, con un gran ejército, desde Laquis contra Jerusalén, y
subieron y vinieron a Jerusalén. Y habiendo subido, vinieron y acamparon junto
al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del
Lavador.
18:18 Llamaron luego al rey, y salió a ellos Eliaquim hijo de Hilcías,
mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller.
18:19 Y les dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: Así dice el gran rey de
Asiria: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas?
18:20 Dices (pero son palabras vacías): Consejo tengo y fuerzas para la guerra.
Mas ¿en qué confías, que te has rebelado contra mí?
18:21 He aquí que confías en este báculo de caña cascada, en Egipto, en el cual
si alguno se apoyare, se le entrará por la mano y la traspasará. Tal es Faraón
rey de Egipto para todos los que en él confían.
18:22 Y si me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios, ¿no es éste
aquel cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a
Jerusalén: Delante de este altar adoraréis en Jerusalén?
18:23 Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes a mi señor, el rey de Asiria, y
yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes para ellos.
18:24 ¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi
señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su gente de a
caballo?
18:25 ¿Acaso he venido yo ahora sin Jehová a este lugar, para destruirlo?
Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela.
18:26 Entonces dijo Eliaquim hijo de Hilcías, y Sebna y Joa, al Rabsaces: Te
rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no
hables con nosotros en lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre el
muro.
18:27 Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras
a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a
comer su propio estiércol y beber su propia orina con vosotros?
18:28 Entonces el Rabsaces se puso en pie y clamó a gran voz en lengua de Judá,
y habló diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria.
18:29 Así ha dicho el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de
mi mano.
18:30 Y no os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente nos
librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de
Asiria.
18:31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo
paz, y salid a mí, y coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno
las aguas de su pozo,
18:32 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de
grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de
miel; y viviréis, y no moriréis. No oigáis a Ezequías, porque os engaña cuando
dice: Jehová nos librará.
18:33 ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la
mano del rey de Asiria?
18:34 ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de
Sefarvaim, de Hena, y de Iva? ¿Pudieron éstos librar a Samaria de mi
mano?
18:35 ¿Qué dios de todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mi
mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?
18:36 Pero el pueblo calló, y no le respondió palabra; porque había mandamiento
del rey, el cual había dicho: No le respondáis.
18:37 Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo
de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le contaron
las palabras del Rabsaces.
Miqueas
Capítulo 07
7:1 ¡Ay
de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando
han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma
deseó los primeros frutos.
7:2 Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los
hombres; todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano.
7:3 Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez
juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo
confirman.
7:4 El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el día de
tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su
confusión.
7:5 No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado
cuídate, no abras tu boca.
7:6 Porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la
nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre son los de su casa.
7:7 Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me
oirá.
7:8 Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré;
aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.
7:9 La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi
causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia.
7:10 Y mi enemiga lo verá, y la cubrirá vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está
Jehová tu Dios? Mis ojos la verán; ahora será hollada como lodo de las
calles.
7:11 Viene el día en que se edificarán tus muros; aquel día se extenderán los
límites.
7:12 En ese día vendrán hasta ti desde Asiria y las ciudades fortificadas, y
desde las ciudades fortificadas hasta el Río, y de mar a mar, y de monte a
monte.
7:13 Y será asolada la tierra a causa de sus moradores, por el fruto de sus
obras.
7:14 Apacienta tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que mora solo
en la montaña, en campo fértil; busque pasto en Basán y Galaad, como en el
tiempo pasado.
7:15 Yo les mostraré maravillas como el día que saliste de Egipto.
7:16 Las naciones verán, y se avergonzarán de todo su poderío; pondrán la mano
sobre su boca, ensordecerán sus oídos.
7:17 Lamerán el polvo como la culebra; como las serpientes de la tierra,
temblarán en sus encierros; se volverán amedrentados ante Jehová nuestro Dios,
y temerán a causa de ti.
7:18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente
de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en
misericordia.
7:19 El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras
iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
7:20 Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a
nuestros padres desde tiempos antiguos.
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La parábola del mayordomo infiel en Lucas 16:1-15 ofrece una profunda enseñanza sobre la fidelidad, la administración de los recursos materi...