martes, 4 de diciembre de 2012

AUDO LECTURA PARA EL DIA 04 DE DICIEMBRE

Ef 1,Ez 4-5,Sal 150

LECTURA PARA EL DIA 04 DE DICIEMBRE

Efesios
Capítulo 01
1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:
1:2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
1:5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
1:8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
1:9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo,
1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
1:12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.
1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
1:15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Ezequiel
Capítulo 04
4:1 Tú, hijo de hombre, tómate un adobe, y ponlo delante de ti, y diseña sobre él la ciudad de Jerusalén.
4:2 Y pondrás contra ella sitio, y edificarás contra ella fortaleza, y sacarás contra ella baluarte, y pondrás delante de ella campamento, y colocarás contra ella arietes alrededor.
4:3 Tómate también una plancha de hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad; afirmarás luego tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco, y la sitiarás. Es señal a la casa de Israel.
4:4 Y tú te acostarás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la casa de Israel. El número de los días que duermas sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos.
4:5 Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días, trescientos noventa días; y así llevarás tú la maldad de la casa de Israel.
4:6 Cumplidos éstos, te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado.
4:7 Al asedio de Jerusalén afirmarás tu rostro, y descubierto tu brazo, profetizarás contra ella.
4:8 Y he aquí he puesto sobre ti ataduras, y no te volverás de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio.
4:9 Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.
4:10 La comida que comerás será de peso de veinte siclos  al día; de tiempo en tiempo la comerás.
4:11 Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás.
4:12 Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás a vista de ellos al fuego de excremento humano.
4:13 Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojaré yo.
4:14 Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda.
4:15 Y me respondió: He aquí te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento humano para cocer tu pan.
4:16 Me dijo luego: Hijo de hombre, he aquí quebrantaré el sustento del pan en Jerusalén; y comerán el pan por peso y con angustia, y beberán el agua por medida y con espanto,
4:17 para que al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con espanto, y se consuman en su maldad.


Ezequiel
Capítulo 05
5:1 Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y divide los cabellos.
5:2 Una tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplan los días del asedio; y tomarás una tercera parte y la cortarás con espada alrededor de la ciudad; y una tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré espada en pos de ellos.
5:3 Tomarás también de allí unos pocos en número, y los atarás en la falda de tu manto.
5:4 Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en medio del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí saldrá el fuego a toda la casa de Israel.
5:5 Así ha dicho Jehová el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella.
5:6 Y ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.
5:7 Por tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros habéis andado.
5:8 Así, pues, ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones.
5:9 Y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus abominaciones.
5:10 Por eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré a todos los vientos todo lo que quedare de ti.
5:11 Por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia.
5:12 Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada.
5:13 Y se cumplirá mi furor y saciaré en ellos mi enojo, y tomaré satisfacción; y sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo, cuando cumpla en ellos mi enojo.
5:14 Y te convertiré en soledad y en oprobio entre las naciones que están alrededor de ti, a los ojos de todo transeúnte.
5:15 Y serás oprobio y escarnio y escarmiento y espanto a las naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga en ti juicios con furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado.
5:16 Cuando arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el sustento del pan.
5:17 Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y bestias feroces que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por en medio de ti, y enviaré sobre ti espada. Yo Jehová he hablado.


Salmos
Capítulo 150
150:1 Alabad a Dios en su santuario;
Alabadle en la magnificencia de su firmamento.
150:2 Alabadle por sus proezas;
Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.
150:3 Alabadle a son de bocina;
Alabadle con salterio y arpa.
150:4 Alabadle con pandero y danza;
Alabadle con cuerdas y flautas.
150:5 Alabadle con címbalos resonantes;
Alabadle con címbalos de júbilo.
150:6 Todo lo que respira alabe a JAH.
Aleluya.

lunes, 3 de diciembre de 2012

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 03 DE DICIEMBRE

Gal 6,Ez 2-3, Sal 149

LECTURA PARA EL DIA 03 DE DICIEMBRE

Gálatas
Capítulo 06
6:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
6:2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
6:3 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.
6:4 Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro;
6:5 porque cada uno llevará su propia carga.
6:6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.
6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
6:8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
6:11 Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano.
6:12 Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo.
6:13 Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne.
6:14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
6:15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.
6:16 Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.
6:17 De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.
6:18 Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.


Ezequiel
Capítulo 02
2:1 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.
2:2 Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.
2:3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.
2:4 Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor.
2:5 Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos.
2:6 Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.
2:7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.
2:8 Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
2:9 Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro.
2:10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.

Ezequiel
Capítulo 03
3:1 Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel.
3:2 Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.
3:3 Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.
3:4 Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.
3:5 Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel.
3:6 No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran.
3:7 Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón.
3:8 He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes.
3:9 Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde.
3:10 Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos.
3:11 Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.
3:12 Y me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar.
3:13 Oí también el sonido de las alas de los seres vivientes que se juntaban la una con la otra, y el sonido de las ruedas delante de ellos, y sonido de gran estruendo.
3:14 Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí.
3:15 Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos.
3:16 Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
3:17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
3:18 Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.
3:19 Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.
3:20 Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.
3:21 Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
3:22 Vino allí la mano de Jehová sobre mí, y me dijo: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo.
3:23 Y me levanté y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río Quebar; y me postré sobre mi rostro.
3:24 Entonces entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.
3:25 Y tú, oh hijo de hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te ligarán, y no saldrás entre ellos.
3:26 Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo, y no serás a ellos varón que reprende; porque son casa rebelde.
3:27 Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde son.

Salmos
Capítulo 149
149:1 Cantad a Jehová cántico nuevo;
Su alabanza sea en la congregación de los santos.
149:2 Alégrese Israel en su Hacedor;
Los hijos de Sion se gocen en su Rey.
149:3 Alaben su nombre con danza;
Con pandero y arpa a él canten.
149:4 Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo;
Hermoseará a los humildes con la salvación.
149:5 Regocíjense los santos por su gloria,
Y canten aun sobre sus camas.
149:6 Exalten a Dios con sus gargantas,
Y espadas de dos filos en sus manos,
149:7 Para ejecutar venganza entre las naciones,
Y castigo entre los pueblos;
149:8 Para aprisionar a sus reyes con grillos,
Y a sus nobles con cadenas de hierro;
149:9 Para ejecutar en ellos el juicio decretado;
Gloria será esto para todos sus santos.
Aleluya.

domingo, 2 de diciembre de 2012

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 02 DE DICIEMBRE

Gal 5.16-16, Ez 1, Sal 148


LECTURA PARA EL DIA 02 DE NOVIEMBRE

Gálatas
Capítulo 05
5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
5:18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
5:26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

Ezequiel
Capítulo 01
1:1 Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.
1:2 En el quinto año de la deportación del rey Joaquín, a los cinco días del mes,
1:3 vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová.
1:4 Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente,
1:5 y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre.
1:6 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas.
1:7 Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido.
1:8 Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados.
1:9 Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante.
1:10 Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila.
1:11 Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos.
1:12 Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían.
1:13 Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos, como visión de hachones encendidos que andaba entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.
1:14 Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de relámpagos.
1:15 Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes, a los cuatro lados.
1:16 El aspecto de las ruedas y su obra era semejante al color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio de rueda.
1:17 Cuando andaban, se movían hacia sus cuatro costados; no se volvían cuando andaban.
1:18 Y sus aros eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en las cuatro.
1:19 Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban.
1:20 Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
1:21 Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
1:22 Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas.
1:23 Y debajo de la expansión las alas de ellos estaban derechas, extendiéndose la una hacia la otra; y cada uno tenía dos alas que cubrían su cuerpo.
1:24 Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como el ruido de un ejército. Cuando se paraban, bajaban sus alas.
1:25 Y cuando se paraban y bajaban sus alas, se oía una voz de arriba de la expansión que había sobre sus cabezas.
1:26 Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él.
1:27 Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor.
1:28 Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.

Salmos
Capítulo 148
148:1 Alabad a Jehová desde los cielos;
Alabadle en las alturas.
148:2 Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Alabadle, vosotros todos sus ejércitos.
148:3 Alabadle, sol y luna;
Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
148:4 Alabadle, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos.
148:5 Alaben el nombre de Jehová;
Porque él mandó, y fueron creados.
148:6 Los hizo ser eternamente y para siempre;
Les puso ley que no será quebrantada.
148:7 Alabad a Jehová desde la tierra,
Los monstruos marinos y todos los abismos;
148:8 El fuego y el granizo, la nieve y el vapor,
El viento de tempestad que ejecuta su palabra;
148:9 Los montes y todos los collados,
El árbol de fruto y todos los cedros;
148:10 La bestia y todo animal,
Reptiles y volátiles;
148:11 Los reyes de la tierra y todos los pueblos,
Los príncipes y todos los jueces de la tierra;
148:12 Los jóvenes y también las doncellas,
Los ancianos y los niños.
148:13 Alaben el nombre de Jehová,
Porque sólo su nombre es enaltecido.
Su gloria es sobre tierra y cielos.
148:14 El ha exaltado el poderío de su pueblo;
Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel,
El pueblo a él cercano.
Aleluya.

sábado, 1 de diciembre de 2012

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 01 DE DICIEMBRE

Gal 5.1-15,Lm 5,Sal 147

LECTURA PARA EL DIA 01 DE DICIEMBRE

Gálatas
Capítulo 05
5:1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
5:2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.
5:3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.
5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
5:5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia;
5:6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
5:7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?
5:8 Esta persuasión no procede de aquel que os llama.
5:9 Un poco de levadura leuda toda la masa.
5:10 Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.
5:11 Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz.
5:12 ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!
5:13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
5:14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
5:15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.

Lamentaciones de Jeremías
Capítulo 05
5:1 Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido; 
Mira, y ve nuestro oprobio. 
5:2 Nuestra heredad ha pasado a extraños, 
Nuestras casas a forasteros. 
5:3 Huérfanos somos sin padre; 
Nuestras madres son como viudas. 
5:4 Nuestra agua bebemos por dinero; 
Compramos nuestra leña por precio. 
5:5 Padecemos persecución sobre nosotros; 
Nos fatigamos, y no hay para nosotros reposo. 
5:6 Al egipcio y al asirio extendimos la mano, para saciarnos de pan. 
5:7 Nuestros padres pecaron, y han muerto; 
Y nosotros llevamos su castigo. 
5:8 Siervos se enseñorearon de nosotros; 
No hubo quien nos librase de su mano. 
5:9 Con peligro de nuestras vidas traíamos nuestro pan 
Ante la espada del desierto. 
5:10 Nuestra piel se ennegreció como un horno 
A causa del ardor del hambre. 
5:11 Violaron a las mujeres en Sion, 
A las vírgenes en las ciudades de Judá. 
5:12 A los príncipes colgaron de las manos; 
No respetaron el rostro de los viejos. 
5:13 Llevaron a los jóvenes a moler, 
Y los muchachos desfallecieron bajo el peso de la leña. 
5:14 Los ancianos no se ven más en la puerta, 
Los jóvenes dejaron sus canciones. 
5:15 Cesó el gozo de nuestro corazón; 
Nuestra danza se cambió en luto. 
5:16 Cayó la corona de nuestra cabeza; 
¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos. 
5:17 Por esto fue entristecido nuestro corazón, 
Por esto se entenebrecieron nuestros ojos, 
5:18 Por el monte de Sion que está asolado; 
Zorras andan por él. 
5:19 Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre; 
Tu trono de generación en generación. 
5:20 ¿Por qué te olvidas completamente de nosotros, 
Y nos abandonas tan largo tiempo? 
5:21 Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos; 
Renueva nuestros días como al principio. 
5:22 Porque nos has desechado; 
Te has airado contra nosotros en gran manera.


Salmos
Capítulo 147
147:1 Alabad a JAH,
Porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios;
Porque suave y hermosa es la alabanza.
147:2 Jehová edifica a Jerusalén;
A los desterrados de Israel recogerá.
147:3 El sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas.
147:4 El cuenta el número de las estrellas;
A todas ellas llama por sus nombres.
147:5 Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder;
Y su entendimiento es infinito.
147:6 Jehová exalta a los humildes,
Y humilla a los impíos hasta la tierra.
147:7 Cantad a Jehová con alabanza,
Cantad con arpa a nuestro Dios.
147:8 El es quien cubre de nubes los cielos,
El que prepara la lluvia para la tierra,
El que hace a los montes producir hierba.
147:9 El da a la bestia su mantenimiento,
Y a los hijos de los cuervos que claman.
147:10 No se deleita en la fuerza del caballo,
Ni se complace en la agilidad del hombre.
147:11 Se complace Jehová en los que le temen,
Y en los que esperan en su misericordia.
147:12 Alaba a Jehová, Jerusalén;
Alaba a tu Dios, oh Sion.
147:13 Porque fortificó los cerrojos de tus puertas;
Bendijo a tus hijos dentro de ti.
147:14 El da en tu territorio la paz;
Te hará saciar con lo mejor del trigo.
147:15 El envía su palabra a la tierra;
Velozmente corre su palabra.
147:16 Da la nieve como lana,
Y derrama la escarcha como ceniza.
147:17 Echa su hielo como pedazos;
Ante su frío, ¿quién resistirá?
147:18 Enviará su palabra, y los derretirá;
Soplará su viento, y fluirán las aguas.
147:19 Ha manifestado sus palabras a Jacob,
Sus estatutos y sus juicios a Israel.
147:20 No ha hecho así con ninguna otra de las naciones;
Y en cuanto a sus juicios, no los conocieron.
Aleluya.

viernes, 30 de noviembre de 2012

AUDIO LECTURA PARA EL DIA 30 DE NOVIEMBRE

Gal 4.21-31, Lam 3-5,Sal 146


LECTURA PARA EL DIA 30 DE NOVIEMBRE

Gálatas

Capítulo 04

4:21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
4:22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.
4:23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.
4:24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.
4:25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
4:26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.
4:27 Porque está escrito:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;
Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de las desolada, que de la que tiene marido.
4:28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
4:29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
4:30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
4:31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.


Lamentaciones de Jeremías

Capítulo 03

3:1 Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo.
3:2 Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz;
3:3 Ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día.
3:4 Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos;
3:5 Edificó baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de trabajo.
3:6 Me dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo.
3:7 Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas;
3:8 Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración;
3:9 Cercó mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos.
3:10 Fue para mí como oso que acecha, como león en escondrijos;
3:11 Torció mis caminos, y me despedazó; me dejó desolado.
3:12 Entesó su arco, y me puso como blanco para la saeta.
3:13 Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.
3:14 Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los días;
3:15 Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos.
3:16 Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza;
3:17 Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien,
3:18 Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová.
3:19 Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel;
3:20 Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí;
3:21 Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
3:22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
3:23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
3:24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
3:25 Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
3:26 Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.
3:27 Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud.
3:28 Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;
3:29 Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
3:30 Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.
3:31 Porque el Señor no desecha para siempre;
3:32 Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias;
3:33 Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.
3:34 Desmenuzar bajo los pies a todos los encarcelados de la tierra,
3:35 Torcer el derecho del hombre delante de la presencia del Altísimo,
3:36 Trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba.
3:37 ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?
3:38 ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?
3:39 ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.
3:40 Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;
3:41 Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;
3:42 Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste.
3:43 Desplegaste la ira y nos perseguiste; mataste, y no perdonaste;
3:44 Te cubriste de nube para que no pasase la oración nuestra;
3:45 Nos volviste en oprobio y abominación en medio de los pueblos.
3:46 Todos nuestros enemigos abrieron contra nosotros su boca;
3:47 Temor y lazo fueron para nosotros, asolamiento y quebranto;
3:48 Ríos de aguas echan mis ojos por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
3:49 Mis ojos destilan y no cesan, porque no hay alivio
3:50 Hasta que Jehová mire y vea desde los cielos;
3:51 Mis ojos contristaron mi alma por todas las hijas de mi ciudad.
3:52 Mis enemigos me dieron caza como a ave, sin haber por qué;
3:53 Ataron mi vida en cisterna, pusieron piedra sobre mí;
3:54 Aguas cubrieron mi cabeza; yo dije: Muerto soy.
3:55 Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda;
3:56 Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros.
3:57 Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas.
3:58 Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.
3:59 Tú has visto, oh Jehová, mi agravio; defiende mi causa.
3:60 Has visto toda su venganza, todos sus pensamientos contra mí.
3:61 Has oído el oprobio de ellos, oh Jehová, todas sus maquinaciones contra mí;
3:62 Los dichos de los que contra mí se levantaron, y su designio contra mí todo el día.
3:63 Su sentarse y su levantarse mira; yo soy su canción.
3:64 Dales el pago, oh Jehová, según la obra de sus manos.
3:65 Entrégalos al endurecimiento de corazón; tu maldición caiga sobre ellos.
3:66 Persíguelos en tu furor, y quebrántalos de debajo de los cielos, oh Jehová.


Lamentaciones de Jeremías

Capítulo 04

4:1 ¡Cómo se ha ennegrecido el oro!
¡Cómo el buen oro ha perdido su brillo!
Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles.
4:2 Los hijos de Sion, preciados y estimados más que el oro puro,
¡Cómo son tenidos por vasijas de barro, obra de manos de alfarero!
4:3 Aun los chacales dan la teta, y amamantan a sus cachorros;
La hija de mi pueblo es cruel como los avestruces en el desierto.
4:4 La lengua del niño de pecho se pegó a su paladar por la sed;
Los pequeñuelos pidieron pan, y no hubo quien se lo repartiese.
4:5 Los que comían delicadamente fueron asolados en las calles;
Los que se criaron entre púrpura se abrazaron a los estercoleros.
4:6 Porque se aumentó la iniquidad de la hija de mi pueblo más que el pecado de Sodoma,
Que fue destruida en un momento, sin que acamparan contra ella compañías.
4:7 Sus nobles fueron más puros que la nieve, más blancos que la leche;
Más rubios eran sus cuerpos que el coral, su talle más hermoso que el zafiro.
4:8 Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las calles;
Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.
4:9 Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por el hambre;
Porque éstos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.
4:10 Las manos de mujeres piadosas cocieron a sus hijos;
Sus propios hijos les sirvieron de comida en el día del quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
4:11 Cumplió Jehová su enojo, derramó el ardor de su ira;
Y encendió en Sion fuego que consumió hasta sus cimientos.
4:12 Nunca los reyes de la tierra, ni todos los que habitan en el mundo,
Creyeron que el enemigo y el adversario entrara por las puertas de Jerusalén.
4:13 Es por causa de los pecados de sus profetas, y las maldades de sus sacerdotes,
Quienes derramaron en medio de ella la sangre de los justos.
4:14 Titubearon como ciegos en las calles, fueron contaminados con sangre,
De modo que no pudiesen tocarse sus vestiduras.
4:15 ¡Apartaos! ¡Inmundos! les gritaban; ¡Apartaos, apartaos, no toquéis!
Huyeron y fueron dispersados; se dijo entre las naciones:
Nunca más morarán aquí.
4:16 La ira de Jehová los apartó, no los mirará más;
No respetaron la presencia de los sacerdotes, ni tuvieron compasión de los viejos.
4:17 Aun han desfallecido nuestros ojos esperando en vano nuestro socorro;
En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede salvar.
4:18 Cazaron nuestros pasos, para que no anduviésemos por nuestras calles;
Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días; porque llegó nuestro fin.
4:19 Ligeros fueron nuestros perseguidores más que las águilas del cielo;
Sobre los montes nos persiguieron, en el desierto nos pusieron emboscadas.
4:20 El aliento de nuestras vidas, el ungido de Jehová,
De quien habíamos dicho: A su sombra tendremos vida entre las naciones, fue apresado en sus lazos.
4:21 Gózate y alégrate, hija de Edom, la que habitas en tierra de Uz;
Aun hasta ti llegará la copa; te embriagarás, y vomitarás.
4:22 Se ha cumplido tu castigo, oh hija de Sion;
Nunca más te hará llevar cautiva.
Castigará tu iniquidad, oh hija de Edom;
Descubrirá tus pecados.


Salmos
Capítulo 146

146:1 Alaba, oh alma mía, a Jehová.
146:2 Alabaré a Jehová en mi vida;
Cantaré salmos a mi Dios mientras viva.
146:3 No confiéis en los príncipes,
Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.
146:4 Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra;
En ese mismo día perecen sus pensamientos.
146:5 Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,
Cuya esperanza está en Jehová su Dios,
146:6 El cual hizo los cielos y la tierra,
El mar, y todo lo que en ellos hay;
Que guarda verdad para siempre,
146:7 Que hace justicia a los agraviados,
Que da pan a los hambrientos.
Jehová liberta a los cautivos;
146:8 Jehová abre los ojos a los ciegos;
Jehová levanta a los caídos;
Jehová ama a los justos.
146:9 Jehová guarda a los extranjeros;
Al huérfano y a la viuda sostiene,
Y el camino de los impíos trastorna.
146:10 Reinará Jehová para siempre;
Tu Dios, oh Sion, de generación en generación.
Aleluya.