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miércoles, 2 de agosto de 2023
2da. a los Corintios
Capítulo 01
1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el
hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos
que están en toda Acaya:
1:2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
misericordias y Dios de toda consolación,
1:4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos
también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio
de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
1:5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así
abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
1:6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si
somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en
el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.
1:7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así
como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la
consolación.
1:8 Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que
nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras
fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.
1:9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no
confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;
1:10 el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará,
de tan gran muerte;
1:11 cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por
muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a
nosotros por medio de muchos.
1:12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que
con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia
de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.
1:13 Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis;
y espero que hasta el fin las entenderéis;
1:14 como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como
también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.
1:15 Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una
segunda gracia,
1:16 y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a
vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea.
1:17 Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso
hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No?
1:18 Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No.
1:19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado
por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en
él;
1:20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de
nosotros, para la gloria de Dios.
1:21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es
Dios,
1:22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en
nuestros corazones.
1:23 Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con
vosotros no he pasado todavía a Corinto.
1:24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro
gozo; porque por la fe estáis firmes.
2da.
a los Corintios
Capítulo 02
2:1
Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con
tristeza.
2:2 Porque si yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a
quien yo contristé?
2:3 Y esto mismo os escribí, para que cuando llegue no tenga tristeza de parte
de aquellos de quienes me debiera gozar; confiando en vosotros todos que mi
gozo es el de todos vosotros.
2:4 Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con
muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán
grande es el amor que os tengo.
2da. de Reyes
Capítulo 14
14:1 En el año segundo de Joás hijo de Joacaz rey de Israel,
comenzó a reinar Amasías hijo de Joás rey de Judá.
14:2 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y veintinueve años reinó
en Jerusalén; el nombre de su madre fue Joadán, de Jerusalén.
14:3 Y él hizo lo recto ante los ojos de Jehová, aunque no como David su padre;
hizo conforme a todas las cosas que había hecho Joás su padre.
14:4 Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados, porque el pueblo aún
sacrificaba y quemaba incienso en esos lugares altos.
14:5 Y cuando hubo afirmado en sus manos el reino, mató a los siervos que
habían dado muerte al rey su padre.
14:6 Pero no mató a los hijos de los que le dieron muerte, conforme a lo que
está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde Jehová mandó diciendo: No
matarán a los padres por los hijos, ni a los hijos por los padres, sino que
cada uno morirá por su propio pecado.
14:7 Este mató asimismo a diez mil edomitas en el Valle de la Sal, y tomó a
Sela en batalla, y la llamó Jocteel, hasta hoy.
14:8 Entonces Amasías envió mensajeros a Joás hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey
de Israel, diciendo: Ven, para que nos veamos las caras.
14:9 Y Joás rey de Israel envió a Amasías rey de Judá esta respuesta: El cardo
que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el Líbano: Da tu hija
por mujer a mi hijo. Y pasaron las fieras que están en el Líbano, y hollaron el
cardo.
14:10 Ciertamente has derrotado a Edom, y tu corazón se ha envanecido; gloríate
pues, mas quédate en tu casa. ¿Para qué te metes en un mal, para que caigas tú
y Judá contigo?
14:11 Pero Amasías no escuchó; por lo cual subió Joás rey de Israel, y se
vieron las caras él y Amasías rey de Judá, en Bet-semes, que es de Judá.
14:12 Y Judá cayó delante de Israel, y huyeron, cada uno a su tienda.
14:13 Además Joás rey de Israel tomó a Amasías rey de Judá, hijo de Joás hijo
de Ocozías, en Bet-semes; y vino a Jerusalén, y rompió el muro de Jerusalén
desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la esquina, cuatrocientos codos.
14:14 Y tomó todo el oro, y la plata, y todos los utensilios que fueron
hallados en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa del rey, y a los
hijos tomó en rehenes, y volvió a Samaria.
14:15 Los demás hechos que ejecutó Joás, y sus hazañas, y cómo peleó contra
Amasías rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes
de Israel?
14:16 Y durmió Joás con sus padres, y fue sepultado en Samaria con los reyes de
Israel; y reinó en su lugar Jeroboam su hijo.
14:17 Y Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió después de la muerte de Joás
hijo de Joacaz, rey de Israel, quince años.
14:18 Los demás hechos de Amasías, ¿no están escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá?
14:19 Conspiraron contra él en Jerusalén, y él huyó a Laquis; pero le
persiguieron hasta Laquis, y allá lo mataron.
14:20 Lo trajeron luego sobre caballos, y lo sepultaron en Jerusalén con sus
padres, en la ciudad de David.
14:21 Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que era de dieciséis
años, y lo hicieron rey en lugar de Amasías su padre.
14:22 Reedificó él a Elat, y la restituyó a Judá, después que el rey durmió con
sus padres.
14:23 El año quince de Amasías hijo de Joás rey de Judá, comenzó a reinar
Jeroboam hijo de Joás sobre Israel en Samaria; y reinó cuarenta y un
años.
14:24 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y no se apartó de todos los
pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
14:25 El restauró los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar
del Arabá, conforme a la palabra de Jehová Dios de Israel, la cual él había
hablado por su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer.
14:26 Porque Jehová miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo
ni libre, ni quien diese ayuda a Israel;
14:27 y Jehová no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del
cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás.
14:28 Los demás hechos de Jeroboam, y todo lo que hizo, y su valentía, y todas
las guerras que hizo, y cómo restituyó al dominio de Israel a Damasco y Hamat,
que habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de
los reyes de Israel?
14:29 Y durmió Jeroboam con sus padres, los reyes de Israel, y reinó en su
lugar Zacarías su hijo.
Miqueas
Capítulo 04
4:1
Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será
establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a
él los pueblos.
4:2 Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a
la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus
veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de
Jehová.
4:3 Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta
muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no
alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra.
4:4 Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá
quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha
hablado.
4:5 Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros
con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para
siempre.
4:6 En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada,
y a la que afligí;
4:7 y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta;
y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para
siempre.
4:8 Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el
señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén.
4:9 Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que
te ha tomado dolor como de mujer de parto?
4:10 Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de parto; porque ahora
saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí
serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.
4:11 Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea
profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion.
4:12 Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su
consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era.
4:13 Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno como de hierro, y
tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su
botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
Miqueas
Capítulo 05
5:1 Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado;
con vara herirán en la mejilla al juez de Israel.
martes, 1 de agosto de 2023
LECTURA DEL 01 DE AGOSTO (1a de Corintio 16, 2 Reye 12-13,Miqueas 3)
1ra. a los Corintios
Capítulo 16
2da. de Reyes
Capítulo
12
2da. de Reyes
Capítulo
13
Miqueas
Capítulo
03
martes, 28 de febrero de 2023
miércoles, 1 de junio de 2022
miércoles, 31 de julio de 2019
1 CORINTIOS 11.17-34,2 REYES 5,ABDIAS 1
martes, 30 de julio de 2019
DIA 24 DE JULIO(1 CORINTIOS 11.1-16, 2 REYES 4, AMON 9)
Capítulo 11
11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
11:2 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué.
11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.
11:4 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza.
11:5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado.
11:6 Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra.
11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
11:8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón,
11:9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.
11:10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
11:11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón;
11:12 porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
11:13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?
11:14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?
11:15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
11:16 Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.
2da. de Reyes
Capítulo 04
4:1 Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.
4:2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.
4:3 El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.
4:4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.
4:5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.
4:6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.
4:7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
4:8 Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.
4:9 Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios.
4:10 Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él.
4:11 Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió.
4:12 Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él.
4:13 Dijo él entonces a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.
4:14 Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo.
4:15 Dijo entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta.
4:16 Y él le dijo: El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva.
4:17 Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho.
4:18 Y el niño creció. Pero aconteció un día, que vino a su padre, que estaba con los segadores;
4:19 y dijo a su padre: ¡Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su madre.
4:20 Y habiéndole él tomado y traído a su madre, estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió.
4:21 Ella entonces subió, y lo puso sobre la cama del varón de Dios, y cerrando la puerta, se salió.
4:22 Llamando luego a su marido, le dijo: Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios, y regrese.
4:23 El dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. Y ella respondió: Paz.
4:24 Después hizo enalbardar el asna, y dijo al criado: Guía y anda; y no me hagas detener en el camino, sino cuando yo te lo dijere.
4:25 Partió, pues, y vino al varón de Dios, al monte Carmelo. Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Giezi: He aquí la sunamita.
4:26 Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tu hijo? Y ella dijo: Bien.
4:27 Luego que llegó a donde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado.
4:28 Y ella dijo: ¿Pedí yo hijo a mi señor? ¿No dije yo que no te burlases de mí?
4:29 Entonces dijo él a Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi báculo en tu mano, y ve; si alguno te encontrare, no lo saludes, y si alguno te saludare, no le respondas; y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño.
4:30 Y dijo la madre del niño: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.
4:31 El entonces se levantó y la siguió. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el báculo sobre el rostro del niño; pero no tenía voz ni sentido, y así se había vuelto para encontrar a Eliseo, y se lo declaró, diciendo: El niño no despierta.
4:32 Y venido Eliseo a la casa, he aquí que el niño estaba muerto tendido sobre su cama.
4:33 Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová.
4:34 Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor.
4:35 Volviéndose luego, se paseó por la casa a una y otra parte, y después subió, y se tendió sobre él nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos.
4:36 Entonces llamó él a Giezi, y le dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo.
4:37 Y así que ella entró, se echó a sus pies, y se inclinó a tierra; y después tomó a su hijo, y salió.
4:38 Eliseo volvió a Gilgal cuando había una grande hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su criado: Pon una olla grande, y haz potaje para los hijos de los profetas.
4:39 Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés, y de ella llenó su falda de calabazas silvestres; y volvió, y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.
4:40 Después sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer.
4:41 El entonces dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer a la gente. Y no hubo más mal en la olla.
4:42 Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo: Da a la gente para que coma.
4:43 Y respondió su sirviente: ¿Cómo pondré esto delante de cien hombres? Pero él volvió a decir: Da a la gente para que coma, porque así ha dicho Jehová: Comerán, y sobrará.
4:44 Entonces lo puso delante de ellos, y comieron, y les sobró, conforme a la palabra de Jehová.
Amós
Capítulo 09
9:1 Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape.
9:2 Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.
9:3 Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá.
9:4 Y si fueren en cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien.
9:5 El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y crecerá toda como un río, y mermará luego como el río de Egipto.
9:6 El edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido su expansión sobre la tierra; él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la tierra las derrama; Jehová es su nombre.
9:7 Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes, dice Jehová? ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos?
9:8 He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová.
9:9 Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra.
9:10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.
9:11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado;
9:12 para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto.
9:13 He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.
9:14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.
9:15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.
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La parábola del mayordomo infiel en Lucas 16:1-15 ofrece una profunda enseñanza sobre la fidelidad, la administración de los recursos materi...